El Atlètic Balears ha despedido a Antoñito a través de una carta en la que le informa oficialmente que ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo para rescindir su compromiso con el club —expiraba el 30 de junio de 2013—, el Atlètic tomaba la decisión de prescindir de él y por lo tanto finiquitar la  relación laboral que mantenía con el futbolista.

El club ha tomado la decisión de rescindir de esta forma el contrato del jugador ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo amistoso. La vía del diálogo no ha fructificado y el ATB quería cerrar este conflicto antes que empezara la Liga y evitar que este se enquistara más. El Atlètic no contaba con Antoñito y el jugador, al no tener ofertas que le interesaran, pretendía continuar en el club hasta que finalizara su contrato.

Sin embargo, el Atlètic asegura tener motivos suficientes para despedir al futbolista. Físicamente no estaba en el nivel mínimo exigido para un profesional, según apunta el propio club y el plan de trabajo específico planificado por la entidad no dio tampoco los resultados esperados.

Además, la presencia del delantero no ayudaba a la armonía en el vestuario y esta temporada el club no quiere que ningún jugador pueda crear inestabilidad y más en la recta final de temporada si se consigue abordar la fase de ascenso. El ATB no quería apartar al futbolista y el plan físico que se ideó era una alternativa para comprobar si el jugador recuperaba parte de su tono, pero tras varias sesiones, el Atlètic lo ha dado por imposible.

Antoñito fue fichado para marcar diferencias durante toda la temporada, sobre todo para hacerlo en la disputa del play off de ascenso, pero en el momento clave el jugador, junto al resto de ‘estrellas’ del equipo, no dio ningún fruto y en esta segunda temporada el ATB se ha visto en la obligación de rebajar presupuesto y de renegociar fichas.

Pese a que el andaluz indicó a final de temporada que tenía que «hablar» con el club para tratar su futuro, al final las negociaciones no han llegado a buen puerto y el ATB ha tomado la única salida que quedaba por tomar visto cómo se enquistaba el conflicto.

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