«Un equipo debe ser un grupo de amigos»

Escandell e ocupará de transmitir «la filosofía del Barça» a chicos de entre siete y 13 años, el futuro futbolístico de Polonia

La ilusión de conseguir que el fútbol sea un transmisor de valores positivos para los niños que lo practican es la fuerza que mueve a este ibicenco, que da sus primeros pasos para convertirse en entrenador profesional. Después de dirigir el año pasado al Campredó en Tercera Catalana, Escandell viajará en unos días a Polonia, donde trabajará en la escuela que el Futbol Club Barcelona ha abierto en Varsovia.

De primeras, dice que aprender polaco será imposible («en inglés me defiendo y me traducirá uno de los empleados de la escuela»), pero después de un lustro viviendo en Tarragona, el catalán de las Terres de l´Ebre ha coloreado con un curioso acento su deje ibicenco. No obstante, cuando vuelve a la isla y se pasea por el estadio Can Misses sigue siendo en Cuquet gran. David Escandell Vargas (Eivissa, 3 de febrero de 1982) se marchará a Polonia el 21 de agosto para trabajar en la escuela que el Futbol Club Barcelona puso el año pasado en el país centroeuropeo.

¿Qué sabe del fútbol polaco?

No mucho, pero ya me he puesto algo al día. Estuve allí durante el mes de julio, para conocer las instalaciones en las que trabajaremos y quedé muy encantado con lo que vi. Están muy contentos con la llegada del Barça al país. Admiran mucho al Barcelona allí por su juego, han visto que la manera de hacer las cosas con la cantera de ese club es la línea a seguir.

Polonia no pasa por su mejor momento ni a nivel de clubes ni con la selección. ¿Qué impacto ha dejado la Eurocopa en el país?

La gente está muy puesta con el fútbol. Cuando fui, el torneo ya había acabado, pero la gente lo seguía viviendo. Los estadios son impresionantes y la Federación quiere replantear el trabajo de cantera. En los Mundiales de 1974 y 1982 fueron terceros, pero las generaciones que vinieron después, sobre todo después de que cayese el régimen comunista, no han podido ni acercarse a esos éxitos.

 ¿Cómo llevan los clubes más potentes del país, como el Wisla de Cracovia o el Legia de Varsovia, el desembarco del Barcelona en el país? ¿No temen que se exilien sus mejores valores?

La acogida por parte de los clubes ha sido buena. Nosotros vamos a trabajar con niños entre 7 y 13 años. Después, si el club lo considera, alguno podría hacer las pruebas en La Masia y marcharse a Barcelona. Lo importante de nuestro trabajo es que vamos a formar a una generación muy joven de jugadores polacos con el sistema de juego y con los valores que construyen la marca Barça.

Defíname la ´marca Barça´.

No es solo un modelo de juego de toque y posesión. Es también el sentirse un equipo, que todos los jugadores sean importantes y que haya respeto. Un equipo debe ser un grupo de amigos.

¿Esa es la clave de la incontable lista de títulos conseguidos en la época de Pep Guardiola?

Sí y también ha sido fundamental para que la selección española haya ganado lo que ha ganado. Ese sentimiento de unidad, de que no hay egos y de que todo el mundo se siente importante se ve rápidamente. En España se nota a la legua que son una piña. Por eso se han llevado dos Eurocopas y un Mundial.

¿Es difícil convencer a un chico que destaca en el fútbol de cantera de que sigue siendo una persona normal?

A veces, sí. Influye mucho su entorno. Muchos chavales vienen de familias desestructuradas, pasan mucho tiempo en la calle pateando la pelota y piensan que el fútbol es lo único que importa. Hay que demostrarles que no es así. Hay que priorizar; primero van los estudios.

Si a ese caso que acaba de poner como ejemplo le añadimos la figura de un padre crecido…

Los padres hacen mucho daño cuando se olvidan de cuál es su papel. Pueden estar en la grada, pero sin entrometerse. ¿Acaso van al patio del cole a ver qué hacen sus hijos? En el fútbol debe ser igual, también somos una escuela. Tienen que apoyar, no presionarle. Cuando eres un niño, este deporte es una diversión, no una obligación por ganar. Si hay que echar a un padre de un entreno porque no se comporta como toca, se le echa.

En corto

DESAFÍO

¿Cómo le llegó la opción de trabajar para el Barcelona?

Me lo propuso un amigo, que el año pasado puso en funcionamiento la escuela en Polonia. En principio, el proyecto es para un año. Creo que me adaptaré bien al país. Lo bueno es que colaborar con el Barça puede abrir muchas puertas, era una oferta que no podía rechazar.

MOTIVACIÓN

¿Le tira más la cantera o la dirección de equipos séniors?

Es diferente. Estar en un vestuario de un equipo adulto es raro cuando has sido jugador. Todo depende de ti, pero ya no eres partícipe directo de lo que ocurre. En cambio, con el trabajo de cantera, sí lo eres. Los niños son como esponjas, es una gozada trabajar con ellos.

Diario de Ibiza

 

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