Uno está casi de llegada en el fútbol con mayúsculas. El otro avista ya la puerta de salida. El joven Edgar Llabrés (Ciutadella, 1992) es una de las grandes sensaciones de la temporada en la Regional. Una fisura en la clavícula le ha apartado del terreno de juego los últimos cuatro partidos y el cuadro de Rafa Torres lo ha notado. El sábado retornará a la delantera del Atlètic para afrontar el partido de ida de las semifinales de la Copa.

Y en el Ferreries de Vadell se topará con Juanlu Sanz (Ciutadella, 1980). El delantero ex bermellón exhibe una de las mejores hojas de servicio del fútbol insular de la última década. Lo tiene casi todo hecho sobre un terreno de juego. Pero aún hoy con ocho goles en la Copa Regional abandera el pichichi con la misma solvencia que proyecto del equipo de Sant Bartomeu tras su descenso de Tercera. Juanlu y Edgar coincidieron el año pasado en el Norteño. Entonces el puesto de ariete era coto privado del primero. Edgar acostumbraba a jugar de extremo. Por la izquierda. Todo eso ha cambiado. El prometedor delantero de Ciutadella se ha ganado indiscutiblemente el puesto como artillero en Sant Antoni. El alumno ya ha demostrado que tiene el talento suficiente para retar al maestro. «De pequeño, en el Atlètic Ciutadella siempre fue (Juanlu) mi referente. Tiene un excelente chut y un buen juego de espaldas a la portería. Son dos conceptos en los que siempre me he fijado cuando lo he visto jugar», apunta.

Juanlu agradece las palabras de su oponente y da la réplica. «Tiene (Edgar) condiciones para ser muy bueno, ahora mismo ya casi es de lo mejorcito que hay en Menorca en posiciones de delantero», subraya, convencido de que el corpulento jugador tiene ante si una carrera destacada a poco que la suerte le acompañe y priorice el trabajo y los entrenamientos. «Veo en el la ilusión de cuando yo empezaba a tener un papel importante», explica el punta, ex del Atlètic, Sporting y Alaior en Tercera División.

Las palabras en Juanlu suenan ya como quien está apunto de bajar el telón. «¿Retirada? bueno está cerca, la verdad es que ya son muchos años y uno tiene cada vez tiene menos ganas de fútbol y más de practicar otros deportes o, sino, cambiar un poco de hábitos», dice Juanlu. El punta debutó en Tercera con dieciséis años a las ordenes de Rafa Torres en el Atlètic. Quizá por eso el jugador no esconde que le gustaría colgar las botas enfundado en la elástica bermellona. «Mucha gente me lo pide, y bueno, el año que viene podría ser el momento de regresar a casa para decir ya adiós al fútbol. No se, supongo que estaré entre dejarlo ya al final de esta temporada o alargar mi último año de carrera en Ciutadella», revela.

Ese mismo sentimiento bermellón es el que tiene Edgar Llabrés, que debutó con quince años en Tercera de la mano de Yeray Rodríguez, y espera pronto dar el salto definitivo de categoría. «Mi sueño sería ascender con el Atlètic, pero eso lo veo complicado. Con todo, también da cuenta de que este año nadie daba un duro por los de Rafa Torres y, en cambio, se han conseguido meter en las eliminatorias de la Copa tras finalizar segundos de grupo. «Está claro que el gran favorito del cruce es el Ferreries, pero vamos a intentar dar la sorpresa y meternos en una final en la que seguro que accede el Menorca», augura.

No tiene Juanlu Sanz tan clara la superioridad del Ferre: «A mi el Atlètic me ha gustado mucho cuando lo he visto. Para mi la campaña que está haciendo es una sorpresa y vamos a tener que sudar para llegar a la final», avisa.

La primera batalla es el sábado a las 16:00 horas en el feudo del Atlètic. La vuelta se jugará el 6 de diciembre en Sant Bartomeu. «El público va a ser esencial, tener el segundo partido en casa es una ventaja importante, porque además encajamos muy pocos goles y eso nos tiene que ayudar», asegura. Pero lo que hace sentir más fuerte a Juanlu Sanz es el gran apoyo de la afición que tiene el Ferreries. «Puede ser la clave, cuando sientes el respaldo de la grada las cosas siempre terminan por salir mejor», destaca.

El Ferreries: oficio, experiencia y saber estar reta en esta semifinal la osadía, ilusión y descaro del Atlètic el año de su retorno a la vida. Todo un partidazo.