Marc Fraile Roselló nació en Sant Antoni hace 17 años y el ´Proyecto Heliópolis´ puede ser el camino que le conduzca hasta la élite del fútbol. El Real Betis Balompié ha puesto en marcha esta iniciativa en la presente campaña con el objetivo de tener a medio plazo una primera plantilla con un 70 por ciento de efectivos surgidos de las categorías inferiores. La filosofía del club es clara: para olvidar el reciente paso por Segunda y aliviar las cuentas, hay que asentarse en Primera con gente de la casa. Fraile, formado en el Portmany, ha aterrizado en el Villamarín en el mejor de los momentos.
El delantero ibicenco se presentó el pasado verano a las pruebas que se realizan en la Ciudad Deportiva Luis del Sol para incorporar a nuevos talentos a la cantera bética. Su asesina definición fue su pasaporte para traspasar esa frontera. Ayer compareció en su primer entrenamiento con el equipo profesional. Meteórica progresión en poco más de tres meses para un chaval que llegó para jugar la Liga Nacional con el juvenil B y que se está ganando un hueco en la escuadra de División de Honor.
Para Fraile, pasar una hora y media a las órdenes de Pepe Mel y rodearse de futbolistas que pernoctan, a pesar del mayúsculo tropezón en el derbi ante el Sevilla, en puestos de Liga de Campeones es el premio al notable desembarco que ha protagonizado en la nave verdiblanca. Las cosas le están saliendo bien en Sevilla a un atacante que se está acoplando perfectamente a un fútbol «con más ritmo, más técnico y más físico». «El nivel que me estoy encontrando en Andalucía nada tiene que ver con el que hay en Balears», apuntó ayer Marc, ya repuesto «del subidón de moral» que le dio enterarse el domingo de que iba a entrenar con los cracks en la primera sesión de trabajo de la semana.
Según apuntan en la cantera verdiblanca, Mel mima con detalle a los valores de la base. Las oportunidades que ha dado a chicos como Álvaro Vadillo o Alejandro Pozuelo son prueba de ello.
Mel sigue de cerca a los valores
«Con el ´Proyecto Heliópolis´ es normal ver a futbolistas juveniles habitualmente en los entrenamientos del primer equipo. Mel los quiere seguir de cerca. El domingo me llamó después de ganar al Deportivo para decirme que necesitaba a un par de chicos del División de Honor para el entreno de hoy (por ayer). Yo le mandé a Marc porque se lo estaba ganando». Así explica la oportunidad de oro que le ha llegado a Fraile Juanmi Puentenueva, entrenador curtido en el grupo X de Tercera y que este curso se ha puesto al frente del juvenil A del Betis.
Bajo sus órdenes, el pitiuso ya ha hecho tres dianas (en los pocos partidos que ha disputado en Liga Nacional marcó dos tantos más), «destacando por su claridad a la hora de rematar y, sobre todo, por las ganas incansables de trabajar y mejorar», enumera Puentenueva. «Ha sido solo una hora y media de entrenamiento, pero lo voy a recordar siempre. Estar cerca de jugadores tan buenos me ha hecho casi más ilusión que entrar en el Betis», añade el punta, que notó «un ritmo muy alto» en la sesión del primer equipo, donde intentó aprendrer de los hombres que comparten con él el oficio de meter goles. «El jugador en el que más me fijo es Rubén Castro», prosigue el atacante, que se sintió «muy arropado por la amabilidad de los jugadores del primer equipo». Quizás dentro de no mucho tiempo, haya una taquilla en el Villamarín con el nombre de Marc Fraile.
Diario de Ibiza
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