Optimismo y confianza en las propias fuerzas es lo que han proporcionado al CD Menorca juvenil las dos últimas victorias en Gavà y, sobre todo, ante el Zaragoza. Esta última, por el rival y por remontar en base a un gran espíritu de lucha. A pesar de ello, y como es normal, desde el club menorquinista no se quieren lanzar las campanas al vuelo. Hay que seguir trabajando porque quedan cinco jornadas. Aunque la obsesión, el ‘mantra’ de Lluís Vidal está claro desde hace muchos meses. Es el sempiterno: discurso: “con treinta puntos, salvados”, al que se le añaden, para ir sobre seguro, tres puntos más.

En lo que le interesa al Menorca, la pasada jornada dejó bastante clarificado el panorama. Quedan cinco con 15 puntos en disputa y, mirando de abajo a arriba, el colista Manlleu ya está matemáticamente descendido (tiene 10 puntos). La secuencia la sigue el Gavà con 17, aunque los tres inmediatos partidos (Zaragoza, San Francisco y Espanyol), pueden certificar su descenso.

Por encima se situan los equipos que sí parece que podrían complicarle la vida a los de Vidal, aunque el Menorca depende de sí mismo. Y esa es una buena sensación que siempre ha perseguido. En ese sentido, el próximo partido ante el San Francisco podría ser un paso definitivo: venciendo llegarían a los dichosos 30 puntos y superaría a un rival directo.

Teniendo en cuenta los enfrentamientos directos entre cada uno (el Menorca lo tiene igualado con el Mataró, en contra con el Gavà y favorable con el Stadium, a la espera de lo que haga ante San Francisco) y ante rivales fuertes, la idea pasa también porque dificilmente los rivales de los menorquinistas acabarán sumando el total de los puntos en disputa. Idea, por supuesto, que también se aplica el conjunto mahonés, pensando por ejemplo en el mismo Espanyol, equipo que visitará el Estadi en la jornada 27.

Stadium, cuya remontada está siendo espectacular, Mataró y San Francisco serán los equipos que disputen la salvación ante un Menorca que, en cualquier caso, está en la mejor de las disposiciones, porque depende de sí mismo.

 

 

Diario de Menorca