Martí Crespí Pascual (Sa Pobla, 15/06/1987) vuelve a ser feliz. Después de tener que salir el pasado verano del Mallorca, en una decisión complicada de entender, y pasarlo realmente mal en Ucrania, donde no le dejaron jugar, ha regresado a España. Lo ha hecho en el Racing de Santander, club en el que jugará hasta final de temporada, con el objetivo de salvar al equipo del descenso y de demostrar que aquél enorme Martí Crespí que se vio en el Camp Nou hace ya dos años no fue un espejismo.
¿Cómo va por Santander?
Desde que llegué las cosas están yendo bastante bien. Estoy muy contento. Más teniendo en cuenta que venía de pasarlo bastante mal en Ucrania. Aquí llegué un jueves, el sábado jugábamos, ganamos, y a la semana siguiente ya jugaba, debutando con victoria. Llevamos una racha bastante buena, y estamos en el camino de salir de ahí abajo.
Una buena racha que coincide con tu llegada al equipo…
No deja de ser una coincidencia. Aunque está claro que siempre gusta que se den unas condiciones buenas contigo dentro del campo. Yo llevaba sin jugar más de medio año, y esto ayuda a recuperar la confianza, a tener ganas de seguir trabajando.
Sin embargo, la semana pasada se produce un cambio de entrenador un tanto inesperado
Se ve que había algunas cosas en el equipo que no terminaban de convencer en la directiva, y con las dos derrotas que se produjeron fuera de casa decidieron prescindir de José Aurelio Gay y traer a Alejandro Menéndez. Esperemos que siga hasta final de temporada, porque será señal de que el equipo ha hecho bien las cosas.
Pero bueno, primer partido de Menéndez, y tú sigues siendo titular y conseguís la victoria. Bien, ¿no?
Sí, el míster prefirió continuar con la misma defensa de los últimos partidos, haciendo cambios en otras posiciones, y fue bien, porque ganamos en un partido vital para nosotros. Una derrota hubiera supuesto quedarnos demasiado lejos de las posiciones de salvación. De perder contra el Murcia, se hubieran puesto a diez puntos; y ahora están a cuatro.
Es una situación un poco extraña para el Racing…
Cuando me dijeron de venir a Santander, lo primero que se te pasa por la cabeza es que es un club que hace nada estaba en Primera. Luego ves la situación en la que se encuentra, y sí, es algo raro, porque es y será un club importante. Pero lo asumes como un reto más, sacar al equipo de ahí abajo y cumplir con el objetivo de la salvación en la media temporada que queda.
Dices que estás muy contento en Santander, ¿te vuelves a sentir futbolista?
Yo siempre he intentado sentirme importante. Cuando he jugado más, y cuando he jugado menos. Siempre intentando aportar lo máximo al equipo, ayudando en la medida de lo posible. Luego ya que el entrenador cuente contigo o no ya es otra cosa. Y ahora mismo sí estoy sientiendo esa confianza que todo jugador necesita.
En Ucrania ni siquiera te dejaron intentarlo… ¿qué pasó ahí?
A los pocos días de llegar al Chernomorets se enteraron de que era asmático, y todo se convirtió en un caos. Me pusieron muchísimos problemas.
Pero asmático lo has sido siempre, y nunca has tenido ningún problema en ninguno de los clubes en los que has estado. ¿Por qué ahí sí? ¿Qué explicaciones te dan?
Ellos me dicen que no puedo jugar, que lo que tomo para el asma es una sustancia que daría positivo en caso de que hubiese un control antidoping, lo cual es mentira, y que me quieren romper el contrato unilateralmente. Nosotros, con mi representante y mi abogada, les demostramos que no lo podían hacer, porque aquello era totalmente legal, y lo podía tomar sin ningún problema. Pero a ellos les da igual. Desde ese día siguieron en sus trece. Seguían queriendo romper el contrato, no me trataban igual que el resto de compañeros… así que en Navidad pudimos arreglarlo para escapar de ahí.
¿La salida fue más sencilla?
No, para nada. También fue muy complicada. Me debían la mitad del contrato, no me pagaban la nómina, me intentaron poner complicaciones en todo… y tuve que aguantar hasta que pude salir en Navidad. Fue complicado llegar al acuerdo, pero al final decidimos rescindir el contrato; pensamos que era lo mejor porque aún soy muy joven y necesitaba salir de allí.
Y de vuelta a España
La primera opción era irme cedido, porque tampoco les quería perdonar los tres años de contrato, no después de cómo me habían tratado. Pero al final decidimos llegar a un mínimo acuerdo y salir de ahí para siempre. Y así llegué al Racing de Santander, con un contrato hasta final de temporada. A partir de ahí, ya veremos qué pasa, pero ahora mismo estoy muy contento.
¿Por qué el Racing?
Llevaba dos años y pico que no jugaba con regularidad. En Primera no tuve la suerte de jugar continuamente; y en Ucrania directamente no jugué nada. Vas sumando meses y años, y no juegas. Así que decidimos regresar a Segunda División, intentar volver a coger ritmo, jugar el máximo de minutos posible… y bien, por ahora me están saliendo bien las cosas. Estoy jugando, el equipo está sacando resultados, va hacia arriba… y esperamos que todo siga así.
Y al Mallorca, ¿lo sigues?
Sí, siempre estoy pendiente del Mallorca. Es una lástima verle ahí abajo. Hablé con algún compañero y está siendo un año complicado. Pero bueno, ahora muy contento por la reacción. Creo que fue crucial el partido de Granada, el conseguir una victoria vital y además en el 94. Luego, ganar en casa al Sevilla y otros resultados que se han producido permite mirar con más optimismo la salvación.
¿Nos salvaremos?
Sí. Está claro que es complicado, porque tiene que seguir ganando partidos y algunos de ellos son muy complicados. Pero anímicamente dentro del vestuario todo es más positivo, y eso es muy importante. Cambia mucho después de encadenar dos victorias consecutivas. Te permite mirar hacia arriba.
¿A qué crees que se debe este cambio?
Es una cuestión de dinámicas. Se nota mucho. Cuando estás en una negativa, todo se complica, todo se pone cuesta arriba; te expulsan jugadores en el minuto 40, te pitan penaltis que no lo son… y el mérito del Mallorca está en haber conseguido ese mala dinámica, y convertirla en positiva. Te permite ganar un partido en el minuto 94, reaccionar cuando vas ganando y te empatan, que eso cuando estás abajo es algo muy complicado… Esperemos que esta dinámica positiva se alargue lo máximo posible.
La afición no termina de entender que, con los enormes problemas que tiene el Mallorca este año en defensa, se decidiera prescindir de dos hombres de la casa como tú y Pau Cendrós.
Yo ya me lo esperaba. Desde que Caparrós llegó al Mallorca, sin conocerme ni nada me dejó fuera de la convocatoria unos cuantos partidos, después prefirió poner a un pivote a jugar como central antes de ponerme a mí… y además, pese a hacerlo más o menos bien en partidos de Copa y algún momento puntual que me tocó jugar de Liga, se notaba que no había buen feeling entre los dos. Así que cuando me dijo que yo no iba a continuar, ya me lo esperaba.
De hecho, le dije que no me esperaba otra cosa. No me esperaba la renovación. Aparte, los dos años anteriores Lorenzo (Serra Ferrer) me había podido renovar, y no había tenido ningún gesto de negociar con nosotros. Así que ya estaba preparando un poco mi salida hacia otro equipo. Lo de Pau si que no se lo esperaba nadie…
¿Por qué?
Nos sorprendió a todos. Y más viendo después que el Mallorca no tenía dos laterales derechos, y tratándose de un jugador que, además de que futbolísticamente siempre ha cumplido, era una persona muy importante dentro del vestuario. Pero bueno, eso es el Mallorca, y no nos ha quedado otra que buscarnos la vida, y habrá que seguir haciéndolo.
¿Crees que podríais estar ahora mismo en el Mallorca?
Hombre, la verdad es que no lo pienso. Pero sí que es cierto que todo eso dolió un poco. Después, no por cómo han ido las cosas, sino viendo futbolistas que se han firmado de otras categorías y de otros países, no terminas de entender muy bien las cosas. Pero así es el fútbol, y siempre ha sido muy complicado triunfar en el Mallorca.
¿Te ves volviendo algún día?
En el fútbol nunca se sabe, nunca puedes decir ni sí ni no a nada. Pero lo cierto es que ni se me pasa por la cabeza volver al Mallorca. Ahora mismo estoy muy feliz aquí, pensando en el presente después de haber pasado medio año muy malo. Vuelvo a ser feliz.
¿Cuál ha sido tu mejor momento como jugador?
Quizá, el ascenso con el Xerez, con un final de temporada espectacular. Aunque también estuve muy bien en el Granada 74, donde lo jugué todo…
¿Y cómo mallorquinista? A todos nos viene tu partido en el Camp Nou…
Sí, sin duda. Junto con el ascenso, ha sido mi mejor momento como futbolista. Además, fue mi debut en Primera, en el Cap Nou, y tal y como estaba el Barça sacar un empate supuso una alegría enorme. Pasaban los días y realmente aún no me lo creía.
¿Crees que ese, el del Camp Nou, es el verdadero Martí Crespí?
Sí… Si miras atrás, en dos años que he estado en el Mallorca apenas he jugado. Estaban Nunes en su mejor momento, Ramis, que cada temporada crecía más, Chico… lo tenía muy complicado. Además, era difícil jugar una vez cada dos meses. Por mucho que te estés entrenando fuerte, preparándote para cuando te toque, no es lo mismo que tener ritmo de competición. Pero sí que siempre he pensado que si hubiese tenido un mínimo de partidos seguidos, de confianza, podría haber cumplido en esta categoría, como pude cumplir aquella noche en el Camp Nou. Espero poder demostrarlo algún día, y que todo esto no se quede sólo en palabras.
¿Un entrenador?
Con todos los entrenadores he aprendido cosas, aunque quizá me quedaría con Boquerón Esteban, que me dio muchísima confianza en el Xerez, y con Michael Laudrup.
¿Lo ves para el Madrid?
Sí, por qué no. Como entrenador siempre lo ha hecho bien; lo hizo en el Getafe, lo hizo en el Mallorca, y ahora en el Swansea se está saliendo. El equipo está jugando muy bien, ganando, y mucho tendrá él que ver.
¿Y un jugador?
Sin ninguna duda, Pau Cendrós e Iván Ramis. Ya no sólo porque éramos tres mallorquines jugando juntos en Primera División, sino porque hemos creado una relación, una amistad, que es muy difícil de ver en ningún otro equipo. Aunque con Pau es muy difícil no tener una magnífica relación…
Martí se despide con un mensaje optimista. Es consciente de que vuelve a disponer de una magnífica oportunidad para disfrutar del fútbol. “No tengo contrato para el año que viene, así que no me queda otra que ir a tope, dar más del 100% en cada partido, por el Racing de Santander, y por mí. Nos jugamos nuestro futuro. De los dos. Y en estos 15 partidos que restan, tengo que hacerlo lo mejor posible”. En el horizonte, regresar algún día a competir en Primera División, y demostrar que si aún no se ha consolidado en la categoría, es porque no le han dejado. No le han dado la oportunidad.
Tolo Leal
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