Pedro Bermúdez Balbín, colegiado menorquín de 43 años, ejerció el pasado domingo como árbitro pluriempleado en toda la extensión de la palabra.
En apenas un margen de siete horas dirigió dos partidos exigentes de categoría nacional. Por la mañana arbitró el Menorca-Espanyol, de la División de Honor juvenil en el Estadi Maonès, que empezó a las 12.00 horas y acabó poco antes de las 14.00, y sólo tres horas después saltaba al campo de nuevo 42 kilómetros más allá, en el Municipal de Son Marçal, en Ciutadella, para impartir justicia en el derbi de la Tercera División entre el Penya Ciutadella y el Mercadal. Dos partidos tensos y trascendentes en los marcadores lo que eleva, por norma, el estrés del colegiado que, en todo caso, salió airoso de ambos compromisos.
“Cuando llegué a casa el domingo por la tarde estaba destrozado”, confiesa el colegiado residente en Cala en Porter. Bermúdez es, actualmente, el único árbitro menorquín de Tercera División ya que José Luis Bosch pidió un año de excedencia. Como quiera que la Federación Española obliga a que los partidos de División de Honor juvenil los dirija un árbitro con rango mínimo de Tercera División, Bermúdez, en esta ocasión tuvo que duplicarse en un mínimo margen horario porque había comunicado a la cúpula arbitral su voluntad por dirigir los dos derbis de Tercera esta temporada, y la imposibilidad de que se desplazara otro árbitro mallorquín para el partido juvenil ya que los desplazamientos de los colegiados para esta categoría no están subvencionados.“He calculado que entre los dos partidos corrí 20 kilómetros, aunque fue más exigente el partido de los juveniles porque el campo del Menorca es más grande y el Espanyol abría mucho el campo por las alas lo que me obligaba a correr más”, explica Bermúdez. “En cambio Son Marçal es mucho más pequeño, y por tanto, más sencillo para seguir el juego”.En el cómputo de los dos partidos, Bermúdez se siente “satisfecho por mi labor pero también conté con la colaboración de todos los jugadores porque sabían el esfuerzo que estaba haciendo”.
Admite el colegiado que lo sucedido “no es normal pero ahora mismo soy el único árbitro de categoría nacional y la División de Honor juvenil exige que piten los partidos árbitros de Tercera”. El trencilla explica, sin embargo, que “antes de asignarme el partido juvenil, el presidente del Comité Balear, Riera Morro, me preguntó si me veía capacitado para dirigir los dos partidos, y le dije que sí. Era una ocasión excepcional pero no para repetirla cada semana”.
El colegiado destaca el buen trato que recibe del CD Menorca al que ha pitado, por esta razón, en cinco ocasiones esta Liga, “siempre me tratan con educación e incluso el domingo, al acabar el partido pusieron a su fisio a mi disposición, y también el del Espanyol estuvo trabajando conmigo. Luego, antes de empezar el derbi en Ciutadella, Moi, del Mercadal, que es al que yo acudo regularmente, me dio un masaje que me dejaron como nuevo para hacer el trabajo”.
Diario Menorca
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