El campo de nunca acabar


El final de las obras acumula cuatro meses de retraso. Santa Eulària prometió que el campo se podría usar antes de que acabase 2012.

Con el césped artificial instalado desde octubre, el nuevo terreno de juego de Santa Gertrudis sigue sin utilizarse porque Santa Eulària no ha concluido el vallado de la instalación El Ayuntamiento tampoco ha colocado los vestuarios prefabricados.

Marzo de 2007. Avanzan los trabajos de instalación del césped artificial que iba a convertir al campo municipal de Sant Carles en el penúltimo de los quince que existen en las Pitiusas en cambiar la tierra por el piso sintético. En aquellas fechas y a solo una quincena de kilómetros de distancia, otra de las localidades del municipio de Santa Eulària se resignaba a ser la última de la fila en transformar el marrón de su terreno de juego por el verde al que ya se habían apuntado un par de temporadas antes los rectángulos de Sant Agustí, Sant Miquel, Jesús o Puig d´en Valls. Seis años después, la espera sigue alargándose en Santa Gertrudis.

Para más inri, con el césped artificial del nuevo recinto deportivo (en el caso de Fruitera, el Ayuntamiento santaeulaliense optó por construir de cero un campo que sustituyese a una obsoleta instalación todavía en uso) ´plantado´ desde octubre. Entonces, el Consistorio prometía que «antes» de que concluyese 2012 «se podrían disputar partidos» allí. Medio año después, los aledaños del terreno de juego siguen sin adecentarse (hay montículos de tierra en el espacio anexo al fondo norte); el vallado del 110 x 70 todavía no se ha completado, y el pavimento de las dos pistas de tenis que complementarán la nueva infraestructura aún no se ha colocado.

Otro punto que debe solucionar Santa Eulària para abrir el campo de Fruitera es el de los vestuarios. No contemplados en la primera fase del proyecto, el Consistorio tiene previsto ponerlos en funcionamiento con vestidores prefabricados. El equipamiento definitivo, al igual que las oficinas y almacenes, no llegará hasta que se culmine una segunda fase, presupuestada en más de un millón de euros, para la que no «hay fondos actualmente».

Así lo afirmó ayer, Toni Marí, que en febrero puso fin a seis años como concejal de Deportes en Santa Eulària para asumir el cargo de gerente la misma área en el municipio de Sant Josep, aunque sigue formando parte de la corporación santaeulaliense como regidor por Puig d´en Valls. Su periplo al frente del área deportiva acabó sin inaugurar una obra demandada por la Associació Esportiva Santa Gertrudis desde hace más de una década.

«No lo podemos abrir hasta que la obra esté completamente finalizada –explicó Marí–. Lo más importante es la seguridad y estamos pendientes de que nos aprueben una partida de 200.000 euros para poder acabarlo». Marí repitió el discurso que lleva pregonando el Ayuntamiento desde el inicio de 2013, meses en los que nadie se aventura a fijar una fecha para la ansiada inauguración después de que en Navidad «no llegara el regalo de Reyes prometido», como se lamentó Tomás París, presidente de la AE Santa Gertrudis, el pasado enero.

Diario de Ibiza intentó sin éxito ponerse en contacto con Salvador Losa, el edil que ha asumido las competencias en materia deportiva en el gobierno municipal de la Villa del Río, para conocer el estado de los trabajos en la zona.

Historia: Una instalación pedida desde hace más de una década

Mucho ha llovido desde que en Can Misses se instalara, allá por 1991, el primer césped artificial que hubo en las Pitiusas. En ese tiempo, al fútbol de Ibiza y Formentera le ha dado tiempo a contar con varios equipos en Segunda B o ver debutar a canteranos como Marcos García –que se inició en el Portmany jugando sobre tierra: Sant Antoni no tuvo verde hasta diciembre de 2001, tras muchas campañas pidiéndolo– o Carlos Tomás en Primera División. Tras el Municipal de Vila vendrían los rectángulos de hierba de su ´hermano pequeño´ (Can Misses 2, en 1999) o Santa Eulària y Can Cantó (reformados ambos en 2000). Los años siguientes supusieron el ´boom´ del césped artificial en las Pitiusas: en los primeros cuatro años del siglo XXI se actualizaron nueve de los quince terrenos de juego que existen actualmente. Todos menos Santa Gertrudis, que ya tiene césped, pero sigue sin poderlo utilizar.

Diario de Ibiza

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