La crisis económica sigue golpeando con dureza al fútbol balear. A los ya conocidos problemas que arrastran algunos equipos de la Tercera División como son la Peña Deportiva Santa Eulália, flamante campeón de la categoría o el Santanyí entre otros se une ahora el Binissalem. El conjunto azulón, con el descenso de categoría ya consumado va a cerrar este fin de semana una temporada que ha tenido varios momentos complicados para una plantilla que desea acabar el curso cuanto antes y pasar pagina lo más rápido posible.

El drama de los jugadores entrenados por Tomeu Pons viene dado por el hecho de que a la plantilla del equipo del Raiguer acumula ya cuatro meses y medio sin cobrar sus sueldos. Tan delicada es la situación que en el caso de algunos futbolistas de la plantilla azulona los problemas que han tenido debido a la falta de cobro han sido más que importantes.

De hecho, los futbolistas que se desplazan desde fuera de Binissalem han tenido que pagar la gasolina de su bolsillo. Cabe recordar que el equipo vinatero entrena cuatro días a la semana con el evidente gasto que ello supone a la hora de los desplazamientos en coche, una circunstancia que no ha hecho sino agrandar la problemática para los futbolistas azulones debido al mal estado de su economía. Un representante de la AFE, la Asociación de Futbolistas Españoles, estuvo presente en las instalaciones del Miquel Pons la pasada semana para conocer de primera mano el estado actual de la deuda que se tiene contraída con una plantilla que quedará seriamente mermada al final del curso.

Al obligar la Segunda División B a tener seis fichas profesionales con el consiguiente esfuerzo que ello supone, la situación podría agravarse aunque se espera no llegar a ese extremo ya que el club está pendiente de recibir una serie de subvenciones.

A pesar de las penurias económicas, la plantilla ha dado la cara en todo momento pese a que el potencial del equipo quedó mermado en navidad por las bajas de Ernesto, Chus Seco y Javi Fernández. El último ejemplo de profesionalidad por parte del equipo isleño se pudo ver en el Nou Camp de Inca en donde el Binissalem realizó un gran partidoy no regateo esfuerzo alguno.

La problemática del Binissalem no es más que un claro ejemplo de que la categoria de segunda B sigue siendo una categoría ruinosa aunque el equipo mallorquín es el que ha contado con el presupuesto más bajo de la categoría. unos 200.000 y que ganar la copa federación le reportó unos ingresos aproximados de 90.00 lo cierto es que no ha sido suficiente para cubrir con los compromisos economicos contraidos.

Por contra, tanto Atlético Baleares como Mallorca B y Constància si están escrupolosamente al día de pago con sus plantillas tal y como ha podido confirmar este diario.

 

 

 

 

 

 

Pedro Bonet para Fútbol Balear.