Las horas están contadas para el Sporting Mahonés que el próximo lunes (20.00 horas, Ayuntamiento de Maó) vivirá, probablemente, su última asamblea justo cuando se va a cumplir el 39 aniversario de su fundación. Esta enésima cita con los 140 socios desembocará en la disolución de la entidad tal y como planteará la junta directiva presidida por Fernando Osuna debido al callejón sin salida al que ha llegado el club como legado de la gestión llevada a cabo por el anterior presidente, Paco Segarra.
La negativa de la Federación Española a aceptar el pago fraccionado de la deuda de 125.000 euros acumulada en los últimos años, sumada a las deudas pendientes a proveedores, entrenadores, Seguridad Social y Hacienda no dejan otra alternativa que la de la eutanasia de una entidad que ha sido el primer referente del fútbol menorquín durante su existencia. La Española, además, tampoco permitiría la inscripción de equipos en el fútbol base como sí aceptó, provisionalmente, el pasado año a petición del presidente Balear, Miquel Bestard, ha indicado Fernando Osuna, quien aún aguarda la respuesta definitiva de la Española por escrito, aunque ya conoce la negativa verbal.
Dejar el club inactivo, como hizo por ejemplo el At. Ciutadella, tampoco sería una solución porque después de dos años sin ejercicio su disolución sería automática, y nada hace sugerir que en ese plazo el club pueda reunir la elevada cifra de su deuda que podría superar los 700.000 euros entre todos los conceptos. Miembros de la junta han debatido en ocasiones sobre las ventajas e inconvenientes de demandar judicialmente a Paco Segarra por las consecuencias funestas de sus decisiones. Los directivos sospechan, sin embargo, que Segarra no posee excesivas propiedades a su nombre si no a través de distintas sociedades por lo que, además de un largo proceso judicial, tampoco existirían garantías para que el promotor catalán pudiera hacerse cargo de la deuda generada.
Las alternativas que planteará la junta serán la de crear un nuevo club, opción ésta más enrevesada por los trámites burocráticos que acarrearía su inscripción y registro, o bien la de que los socios se integren en el actual Sporting Illa de Menorca creado hace dos temporadas. Incluso hay socios que abogan por cambiar el nombre de este último club por otro más próximo al de Sporting Mahonés. De esta forma el ‘nuevo’ club podrá competir la próxima campaña en todas las categorías, y entre ellas, en la Regional Preferente para que los abonados puedan acudir a ver a su equipo con regularidad durante la temporada.
En este caso, sin embargo, ninguno de los directivos del Sporting Mahonés podrá figurar en la junta del Illa de Menorca o de cualquier otro club hasta que pasen seis largos años. Así lo ratificó la asamblea de la Federació Balear de Fútbol el pasado 20 de agosto . Estos dirigentes son Fernando Osuna, José Luis Fernández, José Coll, José Bonet, Felipe Papillón y Francisco Seguí. Además figuran como representantes del club, José María Fiol, Gabriel Allés, Juan Miguel Capó y Magín Camps. Falta determinar si estos cuatro nombres también están registrados como miembros de la junta o solo figuran colaboradores en cuyo caso sí podrían integrarse en otra directiva.
Diario Menorca
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