Asier Illarramendi sigue teniendo claro que quiere jugar en el Real Madrid. Por el Santiago Bernabéu cuentan con el centrocampista para el primer proyecto al frente de la nave madridista. Jokin Aperribay, mientras, negocia o habla, como ustedes quieran definirlo, con los dirigentes del club blanco. Todos de acuerdo. El problema aparece cuando el presidente de la Real Sociedad ha variado su discurso de la semana pasada y ahora la negociación se centra en que la entidad blanca pague hasta 40 millones de euros, diez más de lo que figura en la cláusula. Otra manera de aceptar un traspaso negociado.
El jugador tiene cita hoy en Zubieta junto a Íñigo Martínez. A los dos campeones de Europa, pretendidos por varios equipos, se les terminan las vacaciones y de no mediar un giro repentino e inesperado, el mediocentro aparecerá junto a sus compañeros en el que será su primer entrenamiento a las órdenes de Jagoba Arrasate. Quiere jugar en el Real Madrid, pero sabe del compromiso que tiene con la Real Sociedad. Nada ha hecho cambiar la idea de Illarramendi y, además, el respaldo de su círculo cercano y de muchos de sus compañeros de vestuario le han reafirmado en la idea de estar haciendo lo correcto, tanto para él como para el equipo donostiarra.
La idea del jugador era tenerlo todo solucionado antes del día del regreso al trabajo para evitar problemas y que el asunto pudiera terminar perjudicando al equipo y a sus compañeros. La operación se ha dilatado demasiado en el tiempo y lo que hace una semana parecía un acuerdo, tras tres conversaciones entre los presidentes, ahora está pendiente de un gesto del Real Madrid que pasa por el pago de la cantidad que exige Aperribay como precio de la libertad de su jugador y que podría servir para calmar a los aficionados y la fuerte presión social que está recibiendo.
El Real Madrid tiene ahora la palabra. Florentino Pérez sabe que tiene dos opciones. Acudir a la cláusula y pagar los 30 millones de euros más los impuestos correspondientes o aceptar la propuesta lanzada desde la Real Sociedad de pagar 40 millones y, de esta manera, no acudir a lo que los equipos de la LFP consideran como agresión al comprar la libertad de un jugador sin contar con el acuerdo con el otro club.
Lo que tienen claro por el Bernabéu es que no piensan dejar al jugador tirado. Es una petición expresa de la dupla que forman Ancelotti y Zidane y la idea de Florentino Pérez es afrontar la operación y cerrar la contratación del que consideran sustituto de Xabi Alonso para la posición de mediocentro, una de las prioridades de la entidad madridista. La renovación del campeón del mundo sigue en punto muerto. Tras la reunión que Iñaki Ibáñez, agente del jugador, tuvo con José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid, el pasado mes de mayo no se ha producido movimiento alguno. La próxima semana se pueden producir novedades con la vuelta del jugador a Madrid tras el proceso de recuperación que ha llevado a cabo en San Sebastián.
elconfidencial.com
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