Tolo Leal.
Alcanzar la elite en el mundo del deporte es realmente complicado. Mucho más si hablamos de fútbol, donde el número de federados multiplica con creces al resto de disciplinas. Y, dentro del fútbol, aún más si uno juega de portero. Porque sólo juega uno y, por vulgar que suene, es así. La fortuna debe andar siempre aliada a una calidad que nunca puede sufrir altibajos. Sólo así quizá, y sólo quizá, se pueda llegar a lo más alto. Nuestro protagonista de hoy ha llegado a tocar con los dedos debutar en Primera División, y eso, para los que entienden de este mundillo, ya es digno de admiración. Pero la mala fortuna se lo ha impedido. De momento. Porque Tomeu Nadal Mesquida (Manacor, 08/02/89) no se conforma con eso y, a sus 24 años, es consciente de que todavía tiene mucho que mejorar y, sobre todo, mucho por alcanzar.
¿Cómo empieza uno a jugar de portero?
En realidad empecé de jugador. Desde pequeño quería jugar de portero, pero mi padre, que había jugado muchos años en esa posición en la Tercera División, no quería que lo fuera. Y por eso empecé de jugador. Pero cuando jugaba con los amigos, seguía poniéndome en la portería, y un día me vio el entrenador de porteros del Manacor, Toni Pascual, y me dijo que fuera con ellos. Ahí la situación era curiosa, porque entrenaba de portero y jugaba los partidos de jugador, y a los 13 o 14 años ya me tuve que decidir y, obviamente, me decanté por ser portero. Era lo que más me gustaba.
¿Y por qué crees que tu padre te decía que no jugaras de portero?
Porque es muy difícil jugar, y porque él sufrió mucho jugando de portero. Pasó momentos muy malos… y no quería que yo pasara por esos momentos. Pero para su desgracia yo había nacido con los guantes puestos.
Todo esto me recuerda al informe Robinson sobre Víctor Valdés. ¿Te has sentido alguna vez como él cuenta?
Sí. Cuando eres pequeño lo pasas mal. Ves que tus compañeros celebran los goles y tú te quedas solo en la portería, sin poder celebrar nada… Además, cuando te marcan un gol siempre miran al portero. Da igual cómo haya sido el gol, para tus compañeros la culpa siempre es del portero. Y en esos momentos, tan pequeño, no tienes la fuerza, la capacidad de controlar eso, y terminas sufriendo.
¿Tú has sufrido en la portería? ¿Has deseado alguna vez que se terminara ya el partido?
Sí, ha habido veces que sí. Porque además el portero debe tener una concentración del minuto 0 al minuto 95; a lo mejor puedes estar perfecto y sólo cinco segundos de desconexión te pueden costar un partido. Por no hablar de los partidos que vas perdiendo por 3-0 y ves que el equipo te está comiendo y te pueden caer tres más… estás todo el rato mirando el reloj, rezando porque termine ya el partido.
Aún así, sigues jugando y, a los 16 años, firmas por el Mallorca…
Sí, bueno, cuando era Cadete estuve a prueba en el Valencia. Les gusté, y al año siguiente tenía que firmar con ellos. Pero entonces hubo un cambio de directiva, modificándose toda la estructura de la cantera, y mi fichaje no se llegó a concretar. Poco después me salió la opción del Mallorca, y era una gran oportunidad, porque era estar en casa, con los tuyos, y en un equipo de Primera División.
¿Y cómo fue aquello?
La verdad es que muy bien. Era juvenil de primer año, pero entrenaba con una categoría más, con Martí Crespí, con Pau Cendrós… y fue un año muy bueno. Al año siguiente ya pasé al División de Honor, y en el verano de 2008 subo al filial, y hago la pretemporada con el primer equipo, coincidiendo con Moyà y Lux.
Ahí llega tu primera oportunidad de llegar a una convocatoria de Primera División
Sí, porque nada más arrancar la temporada se lesionó German Lux, y estuve dos meses con el primer equipo como suplente de Moyà. Y justo la semana que se recuperó Lux se lesionó Moyà. Y otra vez de vuelta al primer equipo. Hasta diciembre, que traen a Aouate.
Vamos, que estuviste muy muy cerca de debutar en Primera…
Sí. Porque estuve casi cuatro meses de portero suplente, y las dos lesiones no se solaparon por sólo una semana. De haber sido así hubiera debutado yo. Y continuamente me pregunto qué hubiera pasado… Es curioso cómo en el fútbol la suerte puede ser determinante. Quizá ese año hubiera debutado, y ¿qué sería de mí ahora mismo? Los pequeños detalles pueden marcar mucho tu carrera, te pueden cambiar la vida por completo…
En cualquier caso, en el verano siguiente vives uno de tus mejores momentos como futbolista…
Sin duda. Ganar la medalla de oro en los Juegos Mediterráneos, en Italia contra Italia en la final, fue algo inolvidbale. No me esperaba la convocatoria de la selección, después de apenas haber jugado ese año, así que eso ya era una alegría. Y lo cierto es que después se conformó un equipazo, con Ánder Herrera, Jordi Alba, Parejo, Botía, Mejías, Dídac Vilà, Nsue… y con Milla y Karanka de entrenadores. No son unos Juegos Olímpicos, pero casi, es lo mismo más reducido… y fue una experiencia impresionante.
Y el año siguiente sigues en el filial.
Estábamos en Segunda B y comenzamos líderes destacados, con Jaume Bauzà como entrenador. Pero en la segunda vuelta hubo algo de lío, con jugadores que terminaban contratos, muchos equipos interesados tras nuestra gran temporada, alguno que había firmado ya por otro club… y esos jugadores que se relacionaban con otros equipos fueron apartados. Fueron los casos por ejemplo de Truyols o Javi Castellano, que dejaron de jugaro. Fue una lástima, porque el equipo se vino abajo, y estoy seguro que sin esos problemas externos hubiéramos entrado en el playoff de ascenso.
El filial no sube, pero tú sí, al primer equipo.
Fue un verano complicado. Se produjo el cambio de directiva, con la llegada de Serra Ferrer y de Laudrup al banquillo, y me dijeron que no me querían en el filial, sino en el primer equipo. Pero yo veía que de tercer portero, detrás de Aouate y Lux, no iba a jugar nada, y que necesitaba minutos para seguir creciendo. O en el filial o en otro equipo, me daba igual, y les pedí que me dejaran salir cedido, pero se negaron.
“Me marché del Mallorca porque me mintieron”
Y te quedaste de tercer portero, y sin jugar.
Así es. Pero pese a eso, en octubre Serra vino a hablar conmigo, porque terminaba contrato en junio, y me dijo “Tomeu, tú estarás en el Mallorca el tiempo que quieras”. Y eso, viniendo de un hombre de club como él, me dio mucha tranquilidad. En Enero me bajaron al filial, para luchar por el descenso, y al menos pude terminar la temporada jugando, así que todo iba de maravillas…
Lo dices como si se fuera a truncar de un momento a otro.
Claro. Porque después de que Serra me dijera eso en octubre, yo renuncié a varias ofertas para jugar en Segunda. Pero llegó junio, y aún no me había dicho nada. Llevábamos, mi empresa de representación y yo, semanas intentando reunirnos con él, pero siempre nos ponía excusas. Fui incluso a jugar un torneo en Colombia donde podía verse más o menos la planificación de la próxima temporada, pero seguían sin decirme nada. Hasta que día 16 de junio (acabando contrato día 30) Serra me llama para reunirnos.
¿Y cómo fue?
Fatal. Desde el principio vi que iba dando vueltas, no hablaba claro. Me decía que confiaban en mí, pero que me debía ir cedido para jugar; justo un año después de que yo le pidiera eso y me lo negara. Y además me decía que me buscara equipo yo. Por no hablar de la oferta económica, de unas cantidades que en Primera División ni se ven…
No te sentiste valorado ni deportiva ni económicamente.
Sí. Está claro que eran excusas para que yo rechazara la oferta. Y me dolió, porque seis meses antes me decía que no me preocupara, que seguiría en el Mallorca sin problemas, y ahora había cambiado radicalmente su postura. Discutimos, y salí mal del despacho, sabiendo que tenía que decir que no. Y encima cuando me marchaba me pidió que por favor no saliera nada de eso en la prensa. Que si me llamaban, no hablara con la prensa.
Al día siguiente el Getafe, que ya había pedido antes mi cesión, me presentó una oferta. Valoro las dos opciones, y viendo que en Mallorca iba a estar incómodo, porque sentía que me acaban de traicionar, que me acababan de mentir, decido marcharme de aquí. Me costó, porque era mi casa, mi equipo, pero no tenía otra opción…
Es curioso. Esa misma frase la hemos leído aquí en palabras de Martí Crespí, Pau Cendrós o incluso Sergi Enrich… Queda la sensación de que se ha vendido mucho el tema de que se iba a proyectar la cantera y, sin embargo, a la hora de la verdad, se ve que no es así.
Lo cierto es que sí. No entiendo cómo puedes dejar escapar a futbolistas así. Y además, con excusas que no se las cree nadie. Son cosas que no se entienden, porque sabes que estos jugadores, jueguen o no jueguen, van a estar siempre con el equipo, porque es su equipo, y van a dar siempre el 100%.
El último caso, el de Sergi Enrich, fue realmente raro.
No sé. Le ceden a Segunda para que se foguee, y ahora que tu equipo baja a Segunda, no lo quieres, y ni siquiera le das la oportunidad de hacer la pretemporada. Sergi tiene 22 años, mucha experiencia ya, en Segunda, y en Primera, donde ha jugado muchos partidos con Laudrup. Él quería estar en el Maallorca, tenía una ilusión enorme, aunque fuera en Segunda… Es una injusticia enorme.
Lo mismo pasó con Martí Crespí, que siempre que ha jugado lo ha hecho bien, y le obligan a salir para traer a jugadores que nunca han demostrado ser mejores que él. O Pau Cendrós, que salió tras jugar 60 partidos en Primera División en dos temporadas, que eso es una animalada… Creo que Serra vende una cosa a la prensa que no es.
Tanto mallorquinismo vendido, y luego nada…
Mira, tú como más mallorquinismo venderás es jugando con gente de la tierra. Y más con gente que se lo ha ganado. No soy partidario, obviamente, de que por el hecho de ser mallorquín tengas que jugar en el Mallorca. Pero si has demostrado tu valía, como lo han hecho Martí, Pau o Sergi, no hay duda de que sí que tienen que vestir esa camiseta…
Tú, desde luego, con Serra, no jugarás aquí
No, yo ya tengo las puertas cerradas desde hace tiempo. Pero mira, a mí me tildaron de loco por mis declaraciones cuando salí, y al final todos han salido igual. Michael Laudrup, Eric Larsen, la familia Nadal, Sergi, Martí… Creo que no iba tan equivocado. Yo fui el primero, pero porque fui el primero en salir.
También lo de la familia Nadal fue muy raro…
Es que era otra forma perfecta de vender el club, de vender mallorquinismo. Con la familia Nadal, con toda la repercusión a nivel que tiene, dentro del Mallorca, y haces que tengan que huir… Y que salgan del club de su casa así da muy mala imagen del equipo.
Laudrup contaba conmigo, pero Serra me traicionó
¿Estás de acuerdo con lo que dijo Laudrup, de que el Mallorca será lo que Serra quiera que sea?
Totalmente. Creo que es imposible tener más razón. Porque él hace lo que quiere, lo que le da la gana, y mira, al final todo el mundo tiene lo que merece. Me jode muchísimo el descenso del Mallorca. De verdad. Por el equipo, por la afición, por los jugadores… pero él sí tiene lo que se merece. Y además, este año, bajan el filial y el primer equipo. Y el Nanu Soler, marchándose también mal. Como Jaume Bauzà. Como todos…
¿Crees que Serra no quiere al Mallorca, como él vende, sino que lo tiene para hacer negocio?
Sinceramente, yo no creo que no quiera al Mallorca. Pero que también lo tiene para hacer negocio está claro. Y como no lo hace bien, el que sale perjudicado es el equipo. Se tira piedras encima de su propio tejado, sacando jugadores de aquí, de casa, para traer a otros que no llegaban a su nivel.
Continuamos con tu carrera. Decides aceptar la oferta del Getafe, y en el verano de 2011 llegas a Madrid…
Sí. Me presentaron una buena oferta, por dos años con opción a tres más en el primer equipo, y decido jugármela y marcharme a un club que apuesta por mí. Pero fíjate lo que son las cosas. Al día siguiente de firmar por el Getafe me llama Laudrup y me dice que qué ha pasado, que ellos contaban conmigo, que querían que Aouate y yo fuéramos los porteros esa temporada. Le expliqué lo sucedido, y se agarró un buen mosqueo, porque él le había propuesto eso a Serra Ferrer, y éste le había dicho que ningún problema.
Vamos, que otra vez te quedaste a las puertas de jugar en Primera.
Uf. A un paso, a nada. Imagínate cómo me cayó eso. Era una oportunidad de oro, porque yo sentía que Michael confiaba en mí, y por una tontería, por una injusticia, estaba otra vez en Segunda B. Pero bueno, en el Getafe, además de jugar casi todo con el filial, tuve la oportunidad de ir convocado a algunos partidos.
Y otra vez con Miguel Ángel Moyà, ¿no? ¿Qué tal con él?
Genial. Fabuloso. Ya en el Mallorca me ayudó muchísimo. Además, siempre le vi como un ejemplo a seguir, formado en la cantera, jugando en Primera, y mallorquín. Era el portero, junto a Iker Casillas, en el que me miraba para crecer. Y tuve la suerte de entrenar con él primero en Mallorca y después en Getafe. Y lo cierto es que siempre me ha ayudado muchísimo. Porque si es bueno como portero, como persona todavía más, así que imagínate.
En los últimos meses se le ha relacionado con Real Madrid, Barcelona, Atlético…
Es que no tengo ninguna duda de que ha sido de los mejores porteros de la Liga este año. Ha madurado muchísimo en el Getafe. Y estoy convencido de que le ha llegado el momento de dar el salto a un equipo grande.
¿Y cómo fue la experiencia de salir de casa?
Muy, muy buena. Era mi primera vez fuera de la isla, y los primeros días fue un poco complicado, pero después te acostumbras, y te das cuenta de que es una gran decisión. Personalmente, doy gracias a haber salido, porque he madurado mucho personalmente. Y eso también se nota en el campo. Puedo decir que se marchó un Tomeu y ha vuelto otro. He crecido como futbolista y como persona.
Comentabas que fuiste convocado con el primer equipo, pero tampoco llegas a debutar. Otra vez a las puertas de jugar en Primera…
Sí, y hay otra peor. En mayo de esa primera temporada se pone en contacto conmigo Eric Larsen, el segundo de Laudrup, que estaba de director deportivo en el Odense danés. Me comenta que habían pensado en mí para un buen proyecto deportivo y económico: me ofrecían cuatro años, con una buena ficha, un equipo en Primera con objetivo de participar en Europa… No me lo pienso, y les digo que sí. Pero a mí me quedaba un año de contrato con el Getafe, y el presidente pide una cantidad por mi traspaso. Lógico. Pero pide una cantidad demasiado elevada. Imposible de pagar por un futbolista de Segunda B. Y el Odense se retira. Fue una lástima, porque nunca sabes si volverás a tener una oportunidad así…
Así que tienes que continuar en el filial.
Sí. Intenté negociar la salida, pero no hubo manera, y me quedo un año más en Segunda B. Al principio no juego, pero la segunda vuelta la juego entera. Y llega el 30 de mayo, el día que termina mi contrato en el Getafe con la opción de esos tres años en el primer equipo, pero el equipo decide no ejecutarla, y me quedo libre.
¿Y ahora?
Ahora estoy totalmente desvinculado y sin equipo, viendo ofertas, estudiando posibilidades… Hay cosas ya, pero ahora mismo está todo un poco parado, porque los clubes aún están planificando la próxima temporada, los de Segunda B acaban de terminar los playoff… y ahora estos días es cuando se pondrá todo en marcha.
¿Esas opciones están en el fútbol español, o también fuera?
También fuera. Y desde luego, si hay una buena oportunidad, estaría encantado de marcharme. Entre otras cosas, porque aquí la situación está complicada, pocos equipos pagán al día, y en el extranjero eso ahora mismo funciona mucho mejor. El país me da un poco igual, me importa más que sea un proyecto serio, un equipo serio.
¿El Odense ya tiene portero, no?
Sí. Qué le vamos a hacer…
Bueno, lo que está claro es que con 24 años, aún eres joven para ser portero…
Sí, desde luego. Aún pueden pasar muchas cosas. Me quedan cuatro o cinco años para terminar de explotar como portero. Pero quiero aprovechar desde ya. Y una experiencia así, en el extranjero, también me puede aportar mucho a todos los niveles.
Tres de julio de 2018, ¿dónde te ves?
Aquí mismo, haciendo otra entrevista contigo, celebrando que toda mi carrera está funcionando de maravilla. Ojalá en Primera División.
¿En el Mallorca?
No estaría nada mal.
¿Te ves volviendo algún día?
Ojalá. Sería mi ilusión, sin duda. Pero mientras esté Serra Ferrer eso es imposible.
Bueno, tampoco se quedarán para siempre…
Claro, y entonces estaría encantado de regresar a mi casa. En un club donde ya has estado, donde has sido feliz, donde has vivido tantas cosas… Desde luego que me veo algún día otra vez en el Mallorca.
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