Paco Murillo | Jugar al fútbol pasada la treintena, en una categoría medianamente exigente como la Tercera División, es un reto para cualquier futbolista semi profesional. Los sacrificios que hay que hacer entrenando varias veces a la semana y viajando cada quince días no se llevan igual que cuando se es un veinteañero que se quiere comer el mundo. Pero la ilusión de seguir dándole patadas a un balón puede con todo. Es lo que mantiene en activo a Diego Romero (futbolista del Formentera), Manolo Aparicio (San Rafel) y Alfonso López, Fofi, (Peña Deportiva), los más veteranos de las plantillas de los equipos pitiusos de Tercera que este fin de semana iniciarán una nueva Liga.
Por su constancia y dedicación, los tres son el ejemplo a seguir por los jóvenes y lo saben. Por eso juegan un papel fundamental tanto dentro del campo, sudando la camiseta como uno más, como fuera de él, brindando ayuda a los futbolistas menos experimentados y a los recién llegados al equipo para acelerar su aclimatación.
Curioso es el caso de Romero, un argentino que con 38 años a sus espaldas acumula ya muchos minutos en sus piernas, pero espera tener aún «gasolina para rato». El ´papi´, como lo conocen en el vestuario, ha jugado en cinco países diferentes (Argentina, Eslovenia, México, Ecuador y España) y esto lo convierte en una voz autorizada para dar sabios consejos: «Llevo bien lo de ser el más veterano. Tengo una responsabilidad extra, que es transmitir la experiencia que viví. El fútbol es universal, pero de cada ciudad se pueden sacar vivencias».
El centrocampista afirma que no tiene predilección por ninguno de los canteranos que hay en la plantilla, pero sí que le llena de orgullo que «cuatro o cinco juveniles», de los que él es su técnico, estén entrenando con el primer equipo y hayan participado en los amistosos de pretemporada.
Declara que tiene «ganas» de que empiece la competición liguera y señala que «será difícil» repetir los logros de la campaña pasada, en la que el Formentera jugó el play-off de ascenso a la Segunda División B por primera vez en su historia, pero recalca que esa debe ser la motivación: «No entendería que el equipo no quisiera repetir lo mismo, algo tan lindo como es tratar de conseguir un ascenso y subir a una categoría superior. Esta plantilla quiere hacer historia y ojalá lo podamos lograr».
Para el experimentado medio, el handicap que se encontrarán es que ya no cuentan con el factor sorpresa a su favor. Por eso, los rivales les jugarán «de otra manera», por lo que el Formentera deberá ser aún más competitivo.
Entiende también que la Liga será más dura este año por la llegada de antiguos conjuntos de Segunda B, como el Binissalem y el Mallorca B, a los que definió como «equipos muy fuertes». Precisamente, el Binissalem será el primer escollo de los rojillos y Romero confía en que su equipo esté «a la altura» para empezar con buen pie, regalándole además una victoria a sus aficionados.
´Fofi´, con energías renovadas
Fofi es esta temporada el futbolista de más edad del plantel de la Peña Deportiva. El próximo 1 de septiembre cumplirá 31 años, pero se siente con vitalidad suficiente para seguir dando guerra con el vigente campeón de Liga. Con energías renovadas, tras una campaña intermitente producto de los problemas físicos, espera tener más protagonismo este curso. «El año pasado el cuerpo quería descansar un poco después de nueve temporadas jugando más de 30 partidos. Ahora parece que me encuentro bastante bien, pero dependerá del míster si cree que hago falta», comenta.
Afirma que no se sienten «favoritos» para acabar entre los cuatro primeros, avalando así la teoría de su técnico, Mario Ormaechea. Sin embargo, intentarán «luchar para repetir» lo sucedido el año pasado –con un título de Liga y acariciando el ascenso–.
Ante el Santanyí vivirán este sábado la primera piedra de toque oficial. Sabe que se encontrarán un rival impredecible porque es «una plantilla totalmente nueva y muy joven». «Lo que más me preocupa es cómo llegamos nosotros, porque desde que estoy aquí la de este verano ha sido, en cuanto a partidos amistosos de nivel, la pretemporada más floja que he hecho». El Formentera ha sido el único rival de entidad para los peñistas en este tiempo previo al estreno de Liga.
El otro veterano es Manolo Aparicio, un asturiano que lleva ya mucho tiempo afincando en Ibiza, a donde llegó procedente del Oviedo, al que no pierde ojo. Con 32 años, aporta su oficio al Sant Rafel, en el que desembarcó tras jugar en la Peña Deportiva la campaña pasada. Reconoce que «las piernas pesan» cada vez más. De hecho, ante el Mallorca B el domingo, en el estreno del campeonato, es probable que no pueda jugar por unos problemas físicos. «Son muchos partidos y mucho tiempo desde que empecé a jugar cuando tenía casi ocho años».
El discurso que se ha implantado en el vestuario rafeler es simple, sin complicaciones. Deben «sacar los máximos puntos posibles» para salvarse «cuanto antes» y luego «disfrutar un poco más de la categoría».
Aparicio está siguiendo de cerca las evoluciones de Jordi, Luna y José Eloy, canteranos de los que dice que «tienen hambre» y que «si se lo curran seguro que tendrán minutos» porque son «válidos» para Tercera. Opina que ahora, cuando se ficha menos por la crisis, hay que confiar en los jugadores de casa.
Diario de Ibiza
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