El viaje sin retorno de Serra Ferrer

Serra Ferrer y Pep Alomar en el banquillo ¿es este su sitio natural?

Serra Ferrer y Pep Alomar en el banquillo ¿es este su sitio natural?

Tomeu Maura

Los números demuestran que no hay nada que haga mejor Serra Ferrer que ser entrenador de fútbol. Tres ascensos, dos con el Mallorca, tres finales de Copa, tres participaciones en Champions y un tercer puesto en la Liga. Ahora bien, si da el paso que desde el club le reclaman va a afrontar el reto más importante de su carrera deportiva porque inicia un viaje sin retorno. No hay vuelta atrás: o logra o el objetivo o no le queda otro remedio que abandonar el barco.

La pasada temporada, cuando fue una evidencia que había que despedir a Caparrós, Serra ya recibió presiones para ocupar el banquillo. Las eludió fichando a Manzano, cuyo historial garantizaba siempre resultados en el Mallorca. Ahora la situación es muy diferente porque si el club no asciende este año su supervivencia queda muy comprometida y, en el mejor de los casos, debería afrontar el curso siguiente con una reducción drástica de presupuesto.

En este escenario no se puede permitir el menor titubeo. Es todo o nada. Por eso la opción que plantea el club es forzar a Serra Ferrer a que coja el banquillo. Porque él ha hecho la plantilla, porque con toda seguridad a él le respetarán los jugadores y porque, por encima de todo, su calidad como entrenador, y eso es algo innegable, está muy por encima de cualquier técnico al que el Mallorca, con su limitación de presupuesto, pueda acudir.

Hoy ha sido un día muy duro para Serra, que se ha encontrado un paisaje desolador tras las mini vacaciones de las que ha disfrutado junto a su esposa. Primero se ha reunido con Oltra, al que por supuesto ha transmitido tranquilidad, pero el encuentro realmente importante de la jornada ha sido con Biel Cerdà. La decisión está tomada salvo que el equipo demuestre una inmediata y fulminante recuperación. De no ser así, Oltra está fuera. ¿Y Serra dentro? El año pasado era un escenario imposible. Ahora empieza a asumir que no tiene otra salida porque las alternativas que ofrece el mercado (Jiménez, Carreras, Bordalás, incluso Mendilibar…) no ofrecen garantías reales. Eso sí, va a emprender un viaje sin retorno. Si logra el objetivo habrá purgado sus pecados. Si se queda en el camino no tiene otra alternativa que marcharse porque estaría demasiado quemado.

Futboldesdemallorca.com

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