Alineaciones:

España: Valdés, Arbeloa, Ramos, Piqué, Monreal (46′ Iniesta), Busquets, Pedro, Xavi, Cesc (83′ Koke), Silva y Michu (56′ Negredo)

Bielorrusia: Gutor, Dragun, Martynovich (80′ Kislyak), Putsila (76’Kornilenko), Balanovich, Tigorev, Verkhautsou, Bardachou, Radzionau (54′ Krivets), Filipenka, Kalachev.

Goles: 1-0 Xavi min. 61, 2-0 Negredo min. 77, 2-1 Kornilenko min. 88

Árbitro: Bas Nijhuis.

Tarjetas: amarillas  en el minuto 11 a Martynovich, a Piqué en el 32′, a Bordachev en el 53′, a Kalachev en el 66′ y a Verkhoutsov en el 90+2

Comentario:

Muy alegre se le presumía la noche A la parroquia mallorquina con la visita de Bielorrusia al “Iberostar Estadi”, pero al igual que la temperatura, fue un partido frío. En el primer tiempo España intentó llegar a la portería rival por el único camino que conoce, a veces demasiado previsible y demasiado dependiente de la inspiración de sus futbolistas, sin conseguir a penas ocasiones claras de gol. La Roja se estrelló en el muro que la defensa rival había plantado al borde del área, creando peligro exclusivamente con las incursiones de Pedro y Monreal por la banda izquierda, y de Silva y Arbeloa por la derecha. Eso sí, todo centro se quedaba huérfano de rematador.

En la segunda mitad se esperaba una España con una posesión más vertical con la entrada de Iniesta por Monreal, pasando a jugar con una defensa de tres. Pero durante los 10 primeros minutos España se convirtió en un embudo, al que solo daba solución Pedro dando amplitud por su banda derecha. Con la entrada de Negredo por Michu los nuestros encontraron una referencia más familiar arriba, capaz de sumar también entre líneas. A partir de aquí la sensación de peligro fue “in crescendo”, hasta encontrarse Xavi con un balón rechazado en el semicírculo del área que acabó en las redes del portero eslavo. Siguió España por el mismo camino de siempre, sin perder de vista la brújula, a excepción de Pedro, puro talento, se sale del camino. Después de una serie de triangulaciones en el centro del campo, llegó la pelota al Canario, que asistió a Ramos en el carril del lateral para que éste pusiese un balón teledirigido a la cabeza de Negredo, gol. Los minutos finales cual buen ilusionista, España se dedicó a hipnotizar al rival y al estadio, posesiones largas y horizontales. Hasta que fruto de la relajación general, se contagió La Roja, y después de un mal pase, horizontal, de Koke, se plantó el delantero eslavo que solo tuvo que seguir la alfombra roja hasta la meta española. Valdés pudo hacer algo más, pero como la noche, se enfrío.

En conclusión, tres puntos más para llegar a Brasil. Solo hay un único camino, pero para llegar al gol hay varios. Esperemos no necesitar a Llorente.

 

Pepe Vargas para Fútbol Balear.
Fotos de O. Riera, Ana Serrano, Oscar Quetglas, Cristian Trujillo y Tiá Riera para Fútbol Balear.