Considera el entrenador de porteros del CD Menorca y CE Mercadal, Joan Orfila Fuguet (Maó, 1974), que la figura del preparador de cancerberos es una pieza clave a día de hoy en los clubes de fútbol, sea de la categoría que sean.
Y lo dice por conocimiento propio ya que este ex portero de la histórica Peña Blaublanca, CD Isleño y CE Mercadal -nueve temporadas en la Regional Preferente-, lleva muchos años ya dedicándose a la mejora individualizada de los porteros de clubes como At. Villacarlos, Migjorn, CE Ferreries, CE Alaior, CF Norteño o CE Mercadal y CD Menorca.
Orfila, que ejerce esta función desde que dejó de jugar y a propuesta de su inseparable Pere Vadell, entrena a día de hoy -a parte de a sus canteras- a los dos metas del Mercadal de Tercera División (Òscar y Barceló); y a los del Menorca de División de Honor juvenil.
Orfila, que a lo largo de estos años ha tenido la suerte de trabajar y aprender de grandes metas como Florencio Conde o Toni Riudavets, realiza dos sesiones semanales con sus alumnos bajo los palos.
«Hacemos dos sesiones a la semana, más el partido. Y los dividimos en tres bloques: calentamiento y adaptación al gesto técnico-táctico: parte principal, de trabajo mixto técnico-táctico y trabajo en situaciones globales, con el equipo», explica el entrenador.
No obstante, de cara a la preparación de los metas de Lluís Vidal, detalla Orfila que los entrenamientos «son más de especialistas; conceptos técnico-tácticos con una elevada carga física, además de buscar durante la sesión la exigencia de alto rendimiento. Siempre están dispuestos a aprender».
Precisamente, Orfila habla las mil maravillas de Barceló y Òscar: «La portería del Mercadal está muy equilibrada, con la juventud e ilusión de Òscar y el trabajo y la experiencia de Barceló. Son dos porteros que cualquiera puede jugar», cree el entrenador de porteros.
Diferente es su misión con los metas del Menorca de Joan Romero. Con los juveniles, «se trata de mostrar y pulir aspectos. Ellos son porteros que están entre dos fases: perfeccionamiento y especialistas. Trabajan como los de Tercera, además de poner más énfasis en fundamentos técnico-tácticos y sobre todo en la corrección de gestos y exigencia física».
Agilidad, valentía…
Para Joan Orfila, que en su día se consideró como un portero «constante, trabajador, serio, competitivo aunque un tanto irregular competitivamente», opina que un buen portero debe tener, «un poco de todo, agilidad, valentía, coordinación, flexibilidad y comunicador. Pero sobre todo, ganas de trabajar, trabajar y trabajar», subraya.
El técnico, para acabar, cuenta que en las categorías de formación de pre-bejamín y benjamín empiezan «con juegos, movilidad, coordinación … En iniciación, alevín f-8 y f-7 e infantil, trabajan el desarrollo de capacidades básicas del movimiento y técnicas específicas para porteros», finaliza feliz por su tarea.
Diario Menorca
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