Bosnia-Herzegovina: Jajalo, Hajrovic, Kovacevic, Mesanovic, Prcic, Grahovac, Zakaric (Duljevic 83´), Barisic, Bevab (Letic 45´), Cajic (Kvesic 68´) y Krunic
Seleccionador: Vlado Jagodic
España: Pacheco, Carvajal, Bernat, Sergi Gómez, Jordi Amat, Saúl Ñíguez (Sergi Darder 55´), Muniain (Jairo 62´), Sergi Roberto, Morata (Rubén García 69´), Óliver Torres y Deulofeu
Seleccionador: Julen Lopetegui
Goles: 1-0 (14´) Prcic bate a Pacheco de lanzamiento colocado desde la frontal.
1-1 (32´) Barisic en propia puerta tras jugada de Deulofeu y tocar la pelota en Morata
1-2 (43´) Óliver Torres con la punta de la bota ante la salida de Jajalo
1-3 (45´) Morata de penalti señalado por derribo a Deulofeu
1-4 (61´) Muniain a centro de Deulofeu
1-5 (65´) Óliver Torres tras pase de Jairo
1-6 (67´) Deulofeu de penalti
Arbitro: Jakob Kehlet (Dinamarca).
Tarjetas: Mostró tarjeta amarilla a Cajic (13´), Mesanovic (40´) y Jajalo (68´) por parte de Bosnia-Herzegovina y a Saúl Ñíguez (40´) y Bernat (43´) por parte española.
Incidencias: Quinto partido de clasificación para el Europeo Sub-21 de República Checa 2015. Grupo 4. Estadio Bilino Polje de Zenica
Comentario:
El acero lo domina todo en la ciudad bosnia de Zenica con los altas chimeneas de su fábricas rasgando un horizonte casi siempre nuboso durante el otoño a orillas del río Bosna que da nombre a un país, el balcánico, relacionado con la tragedia a finales del siglo pasado por culpa de su traumática guerra de independencia (1992-1995) y redimido en la presente centuria gracias en parte al fútbol y su reciente clasificación para el Mundial de Brasil.
La euforia por el deporte rey es patente entre los vecinos de esta ciudad entre la euforia futbolística del presente y el recuerdo del doloroso pasado que en Zenica simbolizan las minas aún enterradas en las verdes colinas que rodean la ciudad.
La Selección española Sub-21 ha tenido que lidiar en Bosnia ante ambas circunstancias. De un lado la confianza de los locales en su juego quienes plantearon de inicio un difícil partido para los de Lopetegui con talento en el centro del campo y perfectas interpretaciones del contraataque en cada recuperación de balón.
El equipo de Jagodic ni siquiera se arredró con el tempranero remate al palo de Muniain y antes de tocar el cuarto de hora aprovechaba su letal contragolpe para, al igual que lo hecho en la ida de Murcia, ponerse por delante con un milimétrico disparo de Prcic desde la frontal.
España no se descompuso ante el golpe y siguió aplicando el manual acostumbrado: toque, posesión, protagonismo de las bandas, incorporación de laterales… Una fórmula magistral que dio su efecto rebasados los treinta primeros minutos cuando Gerard Deulofeu apareció por la derecha para poner el balón en boca de gol, territorio natural de Álvaro Morata. El madrileño no llegaba a conectar con la pelota, pero hacía que el defensa Barisic en su intención de despejar propiciase el empate.
La trampa balcánica quedaba desactivada y la Selección tiene la suerte de contar con artificieros con tanta pericia como Sergi Roberto y el extremeño Óliver Torres quien aprovechó un pase del catalán para infiltrarse entre las líneas rivales y provocar el cortocircuito bosnio con un toque sutil que ponía por delante a los Sub-21.
Cuando la primera parte ya tocaba a su fin, un penalti decretado por el danés Jakob Kehlet le servía a Morata para colocarse como segundo goleador histórico de la categoría (12 tantos, los mismos que Óscar García Junyent y a sólo tres de Rodrigo Moreno) y, de paso, decantar la batalla de Zenica del lado español.
En la reanudación comprobamos porqué este equipo sigue hambriento de gloria y con ganas de emular a las generaciones que le preceden. Con Deulofueu cabalgando sin freno por la diestra y convirtiéndose en el mejor socio de sus compañeros, el noi de Riudarenas mandaba un balón al palo tras un portentoso slalom a los ocho minutos de la segunda parte para cederle el tanto al capi Muniain poco después.
Otra internada de Gerard le servía el balón al debutante Jairo para que Óliver Torres firmase su segund diana de la noche. Era de justicia que Deulo no se fuese sin marcar y nadie dudó en cederle una nueva pena máxima que certificaba el set visitante antes de que la defensa balcánica evitase malos mayores para los locales.
Así fue como nos abocamos al final en la ciudad del acero, con una goleada tras artística en el juego como implacable en la definición. Puede que Zenica le deba su prosperidad a su industria metalúrgica, pero la aleación patentada por Lopetegui y los suyos prefiere mezclar la suavidad del juego de toque y la dureza del poder ofensivo que le mantiene con pleno de triunfos y veinte goles en el casillero a expensas de lo que este próximo lunes suceda en Albania. La fórmula (casi tan universal como la del acero bosnio) será la misma: puño de hierro en guante de terciopelo.
Saul Ramos
Fotos Jesús Acebes
Sefutbol.com
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