Adriano Espinal

Camerún consiguió este domingo su pase para disputar el Mundial de Brasil, y lo hizo en Yaundé, uno de sus campos más prolíficos, y no cabía ni un alfiler. La visita de Túnez por un puesto en el Mundial acabó en fiesta. Camerún goleó a la selección norteafricana (4-1) y ya tiene su plaza en la cita más importante de las selecciones.

Eto’o y compañía tienen deberes para este verano. En el banquillo, el blanquiazul Fabrice veía abrirse un horizonte inusitado a su edad. El malaguista, con tan sólo 17 años, tiene la cita mundialista en el horizonte. Y es que sumar récords es su gran especialidad.

El punta debutó el año pasado con el combinado nacional de Camerún, y marcó en su primera internacionalidad. Con 16 años, su primera diana con los africanos, que no valió para clasificarse, por entonces, para la Copa de África. Completó su irrupción en el panorama profesional en forma de minutos en Liga y en Champions, hace justo un año. Desde entonces, el jugador es una pieza más de los cameruneses y ahora tiene una temporada por delante para demostrar que merece más de un mes de competición extra en Brasil.

A día de hoy, Fabrice ya prepara su vuelta a las órdenes de Schuster. El técnico alemán le utiliza en la banda y le ha dado siete envites (seis como titular) en lo que va de temporada. Más tiempo del que el año pasado tuvo con Manuel Pellegrini, suficiente para saber que si su temporada es buena lucirá como futbolista blanquiazul, y pujará por estar en el Mundial.

Al margen del camerunés, hay otro malaguista que puede estar en la misma situación que Fabrice, con algunos años de diferencia en sus carreras. Y es que Antunes jugará el próximo martes en Solna la vuelta de la eliminatoria de repesca contra Suecia.

Cristiano le dio ventaja a los lusos en la ida (1-0) y ahora deben confirmar su superioridad en casa de Ibrahimovic. Antunes fue suplente en la selección portuguesa que contó con el madridista Coentrao como lateral izquierdo.

Marca.com