Francisco Natera.
Es el goleador del Portmany, su Pichichi. Alejandro Romero, Álex Puet, como le gusta que le llamen, se está destapando como todo un killer del área esta temporada y de los 23 tantos que contabiliza el conjunto sanantoniense en Liga Nacional, diez llevan su sello. Y es que el cañonero portmanyista mantiene un idilio con el gol que, de momento, está manteniendo a la escuadra lejos de los puestos de descenso. El pistolero de Caló d’es Moro ha mojado prácticamente en todas las jornadas, firmó un doblete ante el Villacarlos y enchufó un hat-trick frente al Serverense.
“La verdad es que no me puedo quejar; las cosas me están saliendo bien y estoy haciendo goles, que, en definitiva, es mi misión dentro del equipo”, asegura este canterano del Portmany, que empezó a sentir los colores del club a los 4 añitos, cuando empezó en la escuela. El futbolista siempre ha jugado en la banda, pero los técnicos del equipo, Casanova y Maymó, le han reconvertido a delantero y con el cambio han salido todos ganando. “Mi posición siempre ha sido la de extremo, por un costado o el otro, pero de 9 me encuentro cómodo, se me da bien y me gusta”, explica el joven de San Antonio.
Puet, asimismo, explica que el sistema de juego que emplea el Portmany le beneficia. En este sentido, asegura que una de sus virtudes es recibir el balón de espaldas de la portería, apoyarse en algún compañero, desmarcarse y recibir de nuevo el cuero para encarar al portero rival. “Casi todos mis goles han sido de jugada. Practicamos un fútbol directo porque el míster no quiere complicaciones atrás y me va bien por mis características como jugador. Ir de mi cabeza no es mi fuerte; de hecho sólo he metido uno así y fue a la salida de un córner, en casa frente a la Peña Arrabal”, sostiene.
Pero, de todos los chicharros que ha metido el estilete, sin dudarlo, si queda con el que le endiñó al Mallorca B en el Municipal de San Antonio (2-1). “Es el más especial de todos. El adversario se adelantó en el marcador y aquel gol supuso el meternos en el partido para después ganarlo con una diana de Marc Soldat. Recuerdo ese golito con mucha emoción, al igual que el partido en sí. Fue una de las victorias más trabajadas e ilusionantes”, recuerda un Álex Puet que celebró su último tanto el sábado pasado, en el derbi frente a la Peña Deportiva. “Hice el primero y al final del choque tuve claras oportunidades, pero no estuve acertado y al final acabamos empatando”, asevera.
El hambre de gol del portmanyista no tiene límites. Sabe que está en estado de gracia y quiere aprovechar esta racha para seguir clavando la bola en los marcos rivales. No se atreve a pronosticar un número exacto de dianas, pero al Pichichi del Portmany le gustaría llegar a una veintena. “Voy a intentar superar el registro de la temporada pasada, donde metí 15 tantos, así que 20 sería una buena cifra”, asegura El Capi, como le han apodado sus compañeros de vestuario. Y es que Álex Puet es el capitán del equipo. “Llevo el brazalete con mucho orgullo y satisfacción, pero sobre todo con mucha responsabilidad”, indica este madridista confeso y admirador del fútbol de Cristiano Ronaldo.
Preguntado por si el Portmany cumplirá los objetivos marcados, el delantero no lo duda. “Seguro que sí; nadie piensa lo contrario. Pese a tener un bloque joven y con poca experiencia en la categoría, lo estamos haciendo muy bien y pensamos que es posible la salvación, aunque tendremos que trabajar mucho y bien para conseguirla”, subraya el delantero, que añade: “El ambiente en el vestuario es inmejorable y todos remamos en la misma dirección. Estamos a muerte con el cuerpo técnico y éste con nosotros. La comunión es total y absoluta y gozamos del apoyo de la directiva. En defintiva, el clima es el idóneo para llegar a buen puerto”.
Uno más de la saga Puet
Álex Romero es uno más de la familia Puet, tan querida y conocida en el Portmany. Es sobrino de Juanan, exfutbolista de la entidad y primo de Miquel, del primer equipo, de Gorca, del cadete y de José Antonio, del prebenjamín. La pasión por el fútbol la lleva en los genes y asegura que está muy orgulloso de pertenecer a este clan familiar. “Para mí es un honor que me llamen Puet. Mi tio fue jugador y tengo tres primos en activo. La verdad es que me siento muy arropado y no paro de recibir muchos consejos, sobre todo de Juanan y de Miquel; es todo un lujo aprender de la experiencia de ellos”, concluye el jugador que siente el Portmany como su “segunda casa”.
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