Adrián Ramos y Manuel Expósito Salinas son amigos desde que eran solo unos críos. Su buena amistad se ha ido fraguando a lo largo de muchos años y con el fútbol como el principal nexo de unión entre ambos. La temporada pasada compartieron vestuario en el Sant Rafel pero en esta sus destinos cambiaron. Mientras Ramos sigue defendiendo la camiseta de los blues, Salinas regresó a la Peña Deportiva, en la que disfruta de un gran momento personal ya que es su máximo goleador con 16 tantos (es el segundo en la tabla del grupo XI de Tercera). Mañana se verán las caras en el derbi entre sus equipos, que se jugará en el campo municipal de Sant Rafel a las 20.30 horas.
Peor campaña está firmando Ramos. En el tono gris en el que se encuentra su equipo, el punta ha roto su idilio con el gol. Solo dos tantos es un pobre bagaje para él, por lo que afronta con optimismo y como una oportunidad de reivindicación el choque de mañana: «Me conformaría con meter un gol en el minuto 89 y aunque fuera con la mano», explica el de los azules, que el curso anterior firmó 17 dianas pero que no quiere obsesionarse con la comparación: «Si me toca acabar la Liga solo con seis goles pero que sirvan para que el equipo sume puntos, me basta», dice.
Observa con envidia sana el momento dulce que vive su excompañero –«está con una flor en el culo», dice– y se «alegra mucho» por él: «Es un gran amigo. El año pasado ya demostró lo excelente jugador que es. Formamos una buena dupla [entre los dos marcaron 31 goles]. Si mete 37 al final de temporada, será mejor para él. Todo el mundo conoce a Salinas», explica.
Confía en ver remontar el vuelo al Sant Rafel y no encuentra una explicación clara a la irregularidad que está mostrando su conjunto: «Tenemos un buen equipo, pero a la hora de meter gol y dar el último pase, estamos fallando bastante», apunta.
Ni mucho menos da por perdido el duelo ante la Peña –contra el Formentera empataron– ya que se ponen en juego «tres puntos importantísimos». «Nos servirían para empezar a salir de la zona baja de la clasificación. Porque en la siguiente jornada jugaremos frente al Atlético Rafal, un rival directo para nosotros. Si logramos estas dos victorias seguidas, escalaríamos posiciones para estar en la parte media.
Salinas y Ramos
Los dos cracks celebran un gol la temporada pasada con el San Rafael (Foto: Francisco Natera).
Ramos considera que el derbi se resolverá «por pequeños detalles» y no cree que se vaya a registrar un marcador muy abultado: «No va a haber un 3-0 o un 0-3, por ejemplo, para ninguno. Si llega una victoria no será clara», aventura el atacante. De hecho, su apuesta personal es la de un triunfo para los suyos por un corto 1-0.
Mientras, Salinas volverá al estadio en el que se regeneró como futbolista, donde le dieron la oportunidad de olvidarse de unas lesiones que frenaron notablemente su progresión. Un lugar en el que se siente como en casa, por lo que si marca algún gol no lo festejará: «Le tengo mucho cariño al Sant Rafel, tanto a mis excompañeros como a la directiva. Por respeto, si el míster decide que juegue y marco, no lo voy a celebrar», asegura el ariete peñista, que definió el encuentro como «especial» para él.
El jugador de los de Santa Eulària advirtió que será «muy difícil» batir a los rafelers porque son un equipo con mucho potencial y que «se merece estar más arriba» en la clasificación. No cree que el rival sea más peligroso por acudir necesitado de puntos, sino porque cuentan con una plantilla de innegable calidad: «Da igual la situación en la que estén. Esto es un derbi y ahí no se mira la clasificación. Tanto si estás necesitado como si vas arriba siempre gusta ganar este tipo de partidos», comenta Salinas.
Cuando se le pregunta sobre el tipo de partido que se verá, suelta una media carcajada si se le sugiere la idea de un choque vistoso y de fútbol entretenido: «Esperemos que todo el mundo lo disfrute, pero creo que va a ser un partido más disputado y de lucha que de toque».
En el capítulo personal, a Salinas no le preocupa la lucha por el pichichi de la Liga, pero su amigo bromea: «Va a haber que comprarle una estantería para los balones». Además, el peñista anima a Ramos porque está seguro de que cambiará su pobre racha goleadora.
Diario de Ibiza
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