Sonriente y con ganas de afrontar este nuevo desafío que implica sumarse a la causa granota. Víctor Casadesús, acompañado por su padre, aterrizó en el aeropuerto Manises al filo de las cuatro menos cuarto de esta tarde procedente de Mallorca con las alforjas repletas de esperanza e ilusión. Víctor se compromete con la sociedad levantinista por las próximas tres temporadas y lo que resta de la actual, más una opcional, con la firme intención de devolver la confianza ilimitada depositada por la entidad que preside Francisco Catalán. Una atracción que se materializa, pero que hunde sus raíces en el pasado.
“Son los que más han insistido. Es el equipo que más se ha interesado por mí. Vienen detrás de mí desde hace mucho tiempo. Además los he visto muy serios”, manifestó el futbolista nada más ser cuestionado por los principios que habían provocado la decisión de vincularse al club de Orriols. No obstante, de inmediato surgía una segunda variable; el ascendente que sobre su persona provoca el técnico azulgrana. “El míster me ha llamado para decirme que tenía ganas de que estuviera aquí. Sumas todo y estás aquí”.
Los destinos del preparador y del atacante vuelven a cruzarse en la disciplina del balompié. “Tengo una buena relación con Caparrós. Creo que los mejores años en el fútbol los he hecho con él y para mí eso es mucho”. Casadesús, por la demarcación en el campo que ocupa, se cita con el gol, pero opta por enviar un mensaje en el que prefiere ensalzar el valor del colectivo. “Uno que juega arriba tiene que marcar goles y cuanto más mejor, pero quiero que el equipo gane y darlo todo por este equipo y por la gente”. Víctor se ha desplazado hasta las oficinas del club, en el Ciutat, para rubricar el acuerdo alcanzado con la institución azulgrana.
levanteud.com
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