Serra no se atreve a proponer despedir a Oltra, intuye que Claassen votará en contra

El entorno le pide que dé el paso para obligar al alemán a posicionarse

Tomeu Maura.

José Luis Oltra sigue siendo entrenador del Mallorca porque Serra Ferrer intuye que Utz Claassen vetará su despido como maniobra para presionarle y no desea someterse a una votación que está convencido que perdería. Una situación surrealista que favorece a un técnico con todo el crédito agotado que ha sido incapaz de conseguir que el equipo pelee por las seis primeras posiciones en 25 jornadas que se llevan consumidas de Liga.

Serra Ferrer lleva semanas con la decisión de destituir a Oltra tomada, pero primero tropezó con el obstáculo de Cerdà y ahora teme que suceda lo mismo con Claassen. Sin embargo, carece de evidencias de que el alemán apueste por la continuidad de Oltra más allá de los mensajes subliminales que el directivo teutón lanzó la semana pasada a través de sus medios de comunicación afines. Serra los interpreta como una demostración clara de sus intenciones y por eso evita plantear la pregunta clave, porque se teme la respuesta.

En realidad, no sería necesario que el Consejo de Administración fuera convocado para someter a votación la continuidad de Oltra. Sería suficiente con que los dos apoderados coincidieran en su criterio y apoyaran el despido del entrenador. Pero lo que Serra Ferrer intuye es que si solicita el respaldo de Michael Blum se va a encontrar con que éste, por órdenes de Claassen, pide la celebración de un Consejo extraordinario, y allí es previsible que el resultado de la votación arroje un resultado favorable al técnico, por lo que el director deportivo quedaría en una situación muy delicada. De hecho, fuentes cercanas a Serra Ferrer están convencidas de que la semana pasada Pedro Terrasa llamó personalmente a José Luis Oltra para asegurarle que no sería cesado bajo ninguna circunstancia.

Sin embargo la situación es tan tensa que va a acabar explotando por algún lado. El entorno de Serra Ferrer le insistió ayer en que dé el paso y pida a Blum su apoyo para cesar a Oltra aún teniendo la sospecha de que éste pedirá una votación del Consejo. En ese caso quedaría claro que al entrenador lo mantiene Claasen, mientras que ahora es sólo una intuición, nada más. Serra, sin embargo, se mantenía anoche terco en su decisión de no proponer la destitución del entrenador.

Existe otro camino para despedir a Oltra, pero es todavía más complejo, porque pasa por conseguir el apoyo de Biel Cerdà. En ese caso sí que sería imprescindible convocar al Consejo, porque al presidente le han sido retirados todos sus poderes ejecutivos, pero en una hipotética votación el mayor porcentaje de acciones que otorga la sindicación sería decisivo para que se produjera un relevo en el banquillo. El problema, por supuesto, es que nadie cree que Cerdà vaya a alinearse con Serra, ni en esta propuesta ni en ninguna.

El gran favorecido por esta tormenta es José Luis Oltra, que en condiciones normales habría hecho la maleta haría muchas semanas, pero que todo hace indicar que dirigirá al equipo el próximo sábado ante el Hércules. Claro que también es cierto que el entrenador estaría siendo utilizado por Claassen y Terrasa si es que la teoría de Serra Ferrer es correcta, que eso está por ver.

El objetivo final de la oposición, de acuerdo a la información que maneja el entorno de Serra Ferrer, sería forzarle a presentar la dimisión como director deportivo. Incluso no se descarta que en próximas fechas Claassen eleve esta propuesta de modo formal al Consejo de Administración, sobre todo después de haber anunciado su intención de emprender acciones legales contra Serra. Pero será difícil que lo consiga porque, al igual que sucedió en el sufragio para el despido de Cerdà, la disciplina de voto en el acuerdo de sindicación obligaría al presidente a apoyar a su antiguo amigo, por lo que sus votos resultarían suficientes para volver a abortar las pretensiones de Claassen.

 

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