El Mallorca ya no es un equipo de fútbol. Lo ha demostrado hoy en El Toralín. El Mallorca es el reflejo de la porquería que despide el Consejo de Administración. Tres años de peleas han desembocado en esto. Los jugadores han leído que quizás no iban a cobrar o que quizás les iban a someter a un ERE, y aquellos que mostraban cierto compromiso con el club y se mostraban dispuestos a renovar, caso de Ximo, se han encontrado con que los directivos prefieren discutir sobre quien paga los 200 euros de una foto antes que tratar la prolongación de contrato de sus profesionales. El resultado de todo esto se ha hecho patente sobre el terreno de juego.
Ahora mismo ya no es cuestión ni de jugadores ni de entrenador. Lo fue en el pasado, pero lo que he visto esta noche me preocupa enormemente porque lo que percibo es un vestuario absolutamente destrozado porque sus propios directivos se encargan de desestabilizarles. De verdad que ahora mismo es imprescindible llevar a cabo un ejercicio de responsabilidad. O eso o descenso a Segunda B, lo que podría significar la desaparición.
Desde aquí me atrevo a pediros que seais vosotros los primeros responsables y os abstengáis de silbar a un futbolistas que ahora mismo, de verdad, me parecen los menos culpables de lo que sucede. Es esencial salvar la categoría y desde ahí comenzar de cero. Bajar a Segunda B me temo que sería demasiado peligroso para la continuidad del club.
Por supuesto lo primero que deberían hacer estos impresentables de directivos es sentarse el martes y firmar un tregua por el bien del club y a partir de ahí convocar a los capitanes y al entrenador para transmitirles tranquilidad. Pero como me temo que esto no va a suceder deben ser los propios aficionados los que luchen por el poco futuro que le puede quedar al Mallorca.
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