Gregorio Toledo, delegado insular del Colegio de Árbitros, presentará su dimisión irrevocable cuando acabe la actual temporada. Toledo, que lleva nueve años al frente de la delegación pitiusa, confesó estar «cansado y saturado».
Toledo, que se ha jubilado profesionalmente, quiere ahora disfrutar de su familia, por lo que ha decidido dejar la delegación. «Me marcharé contento porque en estos años creo se ha hecho un buen trabajo. Pienso que ahora el mundo del arbitraje local está mucho mejor que cuando llegué. Hay más colegiados y también más nivel», comentó.
El delegado arbitral se mostró orgulloso de que cada año salgan tres o cuatro nuevos cursillistas y de que cada vez haya menos tarjetas rojas y amarillas. «Sigue habiendo árbitros y gente que se dedica a pitar partidos. No es lo mismo. De los segundos, ya quedan pocos, afortunadamente», admitió.
Diario de Ibiza
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