Tomeu Maura

Primero, ante el Consejo; después, en la Junta General de Accionistas; finalmente, delante de los periodistas. Biel Cerdà -que en el momento de escribir este artículo estaba reunido con su consejero áulico Jonatan Risueño en el McDonald’s de Son Rapinya- ha negado tres veces, como San Pedro, que hubiera vendido a Marco Asensio al Real Madrid. Todo eso, mientras en Madrid, desde primera hora, ya se daban las condiciones del traspaso y mientras el representante del jugador confirmaba el acuerdo. “Tendremos que investigar si ha actuado a espaldas del Mallorca”, ha dicho al respecto Cerdà, en el colmo del cinismo. A todo esto, Claassen dice que no sabe nada, y que quien tiene ahora la última palabra es Miquel Angel Nadal, que no ha intervenido para nada en ninguna negociación. ¿Surrealismo en estado puro? No, el Mallorca de Claassen y Cerdà. Fijáos hasta donde llega que Valdivia le ha pedido en el Consejo que hiciera el favor de informar a los consejeros sobre las condiciones de la oferta del Real Madrid y se ha negado a hacerlo.

Cerdà, por cierto, fue ayer duramente amonestado por el juez en la primera jornada del juicio de Claassen y Terrasa contra Serra y Cladera. El magistrado llegó a advertirle que si insistía en faltar a la verdad le llevaría ante el juzgado de guardia por delito de falso testimonio.

A todo esto, como os anticipaba ayer, Claassen ha cesado al secretario Pedro Ventayol por falta de confianza, y ha nombrado en su lugar a dos abogados de Price Waterhouse. Ahora, también controla esta faceta. Por cierto, que el pacto Claassen-Cerdà es tan absoluto que cuando el secretario ha llegado al Consejo ya se ha encontrado dentro a sus dos sustitutos…sin que aún se hubiera votado su despido. Ah, y para acabar, como también estaba previsto, Annette Claassen ha sido nombrada consejera.

 

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