David Alba
Los sueños mueven montañas. Hace unos meses el portero Javi Seral cancelaba su viaje a Bolivia. Al parecer, no había un interés real por el ex guardameta del Mallorca B, Peña Deportiva y San Rafael. Seral había dejado a los ‘blues’ por saltar el charco y tuvo que aceptar jugar durante cuatro meses en el Ciudad de Ibiza para no perder ritmo de competición. No era lo que ambicionaba, pero el proyecto de Ibon Begoña era bastante atractivo dada las circunstancias personales. Hoy, con un contrato de un año firmado con el Jumilla de Segunda División B, el jugador de 25 años parece que ha vuelto al tendido y asegura que su paso por la regional preferente ibicenca ha sido una lección de vida. “De todo se aprende”.
Eso sí. Los próximos 365 días también resultarán una prueba constante. Debido al corto contrato que le ofrecen, de momento, su familia se queda en las islas. Su mujer, una ibicenca a la que un diario jumillense ha hecho hija -sin serlo- de la ciudad, le apoya en todo. “Mi mujer flipaba -comenta divertido el portero sobre la confusión del medio murciano-. Ella es fundamental en todo lo que hago y siempre está a mi lado: mi familia es lo mejor que tengo”. Sin embargo, sabe bien que la lejanía será un duro escollo por no poder contar con la gente a la que más quiere, pero “quien no arriesga, no gana”.
Empezar de cero en Jumilla implica que Seral irá “a trabajar” para ganarse “un puesto en el equipo”. Tiene la firme convicción de que saldrá “algo positivo” de este viaje. Allí, para hacerle la transición más amena, compartirá vestuario con sus ex compañeros de la Peña Deportiva Paolo Etename y Verdú (si este último acaba renovando por el club murciano).
Futbolpitiuso.es
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