Españolas por el mundo

Nuestras jugadoras salen al extranjero en busca de profesionalidad

Virginia Torrecilla

El status del fútbol femenino en España no se corresponde con la calidad de sus futbolistas. Un buen ejemplo es que cada vez son más las nuestras las que hacen las maletas, botas incluidas, para buscarse la vida fuera de nuestras fronteras.

Vero Boquete, el fichaje del verano
Alemania es en estos momentos la referencia del fútbol femenino en el Viejo Continente. Su selección, actual campeona de Europa y cuarta en el Mundial de Canadá, es el ejemplo en el que se miran sus homólogas para crecer. Tiene una Liga de doce equipos en el que los tres primeros consiguen plaza para disputar la Champions League y los dos últimos descienden. Cada jornada el partido destacado suele ser televisado por el canal público alemán (ZDF) así como por streaming a través del sitio web de la Federación Alemana. Desde que se creara el campeonato en la temporada 1990/1991, el FFC Frankfurt -actual campeón de Europa- es el equipo que más entorchados ha conseguido (7), pasando la asistencia media de espectadores de 200 a 2.000 en estos momentos.

El país teutón acoge esta temporada a la capitana de la selección española, Vero Boquete, considerada como una de las mejores futbolistas del mundo. La polivalente jugadora gallega ha dejado este verano el FFC Frankfurt al que llegó la pasada temporada y ha fichado por el Bayern Munich, actual campeón de la Bundesliga y que tiene en mente el ‘triplete’ de cara a la presente temporada. “Llevo muchos años jugando fuera (Estados Unidos, Rusia, Suecia, Alemania) y una se termina acostumbrando a estar fuera de tu casa, a vivir en sitios diferentes, a competir en otros campeonatos… Creo que Alemania, hoy por hoy, tiene la Liga más completa y competitiva posible. Cuatro equipos aspiran a priori al título y no es fácil ganar en ningún campo. Además, tiene a muchas de las mejores jugadoras del mundo y tiene una repercusión inalcanzable en otros países”, comenta la gallega, recientemente elegida como cuarta mejor futbolista de Europa. “Mi objetivo es siempre el mismo, ser mejor cada día y ayudar al equipo a conseguir todos los retos que nos hemos marcado. La temporada será larga y espero rendir lo mejor posible”, finiquita.

La Inglaterra del ‘Spanish Arsenal’ y Jade Boho
Inglaterra es el ejemplo más cercano de cómo convertir una Liga amateur en un campeonato profesional. Después de estructurar el fútbol femenino en 1991, éste estuvo a punto de desaparecer por problemas económicos, lo que obligó a la Federación Inglesa a apostar fuertemente por él hasta el punto de ser en la actualidad el país que más dinero invierte en sus jugadoras con un montante que supera los quince millones de euros. La Liga consta de ocho equipos de los cuales los dos primeros se clasifican para la Champions League y el último desciende de categoría. Se televisa en abierto un partido cada jornada (BBC Sport) y se emite un resumen semanal con todos los goles, mejores momentos, entrevistas y reportajes. El Arsenal Ladies es el equipo que más cetros acumula (14) desde la creación de la Liga en 1991, siendo el Liverpool quien se ha proclamado campeón las dos últimas ediciones.

Si hay un equipo con acento español en tierras inglesas ese es el Arsenal Ladies, otrora referente en Europa y que busca volver a tener el status que no hace mucho tiempo ostentaba. Para ello ha escogido que la nave ‘gunner’ la dirija un español, Pedro Martínez Losa, que ha fichado a su equipo a tres internacionales españolas como Natalia Pablos, Vicky Losada y Marta Corredera que suman un plus de calidad a un equipo que mezcla veteranía y juventud para conseguir sus objetivos. “El fútbol inglés es muy exigente y te obliga a dar el máximo cada jornada. En comparación con la Liga española se puede decir que es un campeonato más físico y sin tanta diferencias entre equipos. Los clubes cada vez tienen más presupuestos, se pagan mejores salarios y las jugadoras internacionales están muy bien consideradas”, resume Natalia, quien está demostrando en Londres su olfato goleador y sueña con las cotas más altas. “Estamos capacitadas para luchar por la Liga y estamos en una buena posición. Creo que los principales rivales son el Chelsea y el Manchester City, pero también quiero destacar la meritoria temporada que está haciendo el Sunderland”, apunta.

A 190 de distancia de Londres está Bristol, una ciudad de 430.000 habitantes cuyo equipo ha sido una de las revelaciones en las últimas temporadas gracias, entre otros factores, a la calidad que sumaban las jugadoras españolas que han defendido sus colores: Natalia Pablos, Laura del Río, Keka Vega, Judith Fernández. En la plantilla de las ‘Vixens’ solo queda ahora una de las nuestras, la hispano-guineana Jade Boho, que a sus 28 años vive en Inglaterra su primera aventura en el extranjero. “El fútbol inglés te exige pensar más rápido en todo, debes tener una gran agilidad mental en la toma de decisiones porque si no estás perdida. Mi adaptación está siendo bastante buena y, a excepción de todo lo que echo de menos a mi familia y mi pareja, todo está yendo sobre ruedas”, comenta Jade. “Me he quedado fascinada con el nivel del fútbol inglés, la competitividad, el valor que se le da a los equipos femeninos, la afluencia de gente a los partidos, la inversión de diferentes patrocinadores, … Hacía tiempo que quería jugar fuera de España y necesitaba el cambio. El objetivo del equipo esta temporada es salvar la categoría y el mío vivir un sueño, así que espero que los dos se cumplan a la vez”, sentencia.

Francia, la nueva joya emergente
Francia es otro país que, a golpe de talonario (inversión superior a los diez millones de euros) está consiguiendo profesionalizar el fútbol femenino y dotar a las féminas de unas garantías de presente y futuro. Los resultados son latentes tanto a nivel de selección como a nivel de clubes, donde siempre están presentes en las quinielas de favoritos en cualquier evento. Aunque hubo otro campeonato femenino (1918-32), la que se conoce como Liga francesa tiene su origen en la temporada 1974-75, siendo el Olympique Lyonnais el que más cetros acumula (13, nueve de forma consecutiva) siendo el actual defensor del título. Se trata de un campeonato de doce equipos en el que los dos primeros se clasifican para la Champions League y los tres últimos descienden a Segunda división. Al menos un partido a la jornada es televisado (Eurosport) y posteriormente se emiten resúmenes con todos los goles y mejores momentos.

El país vecino será esta temporada el centro de operaciones de tres futbolistas españolas: Virginia Torrecilla, internacional absoluta, es uno de los grandes fichajes del verano al recalar en el Montpellier procedente del Barcelona. Junto a la mallorquina, podremos ver en la D1 a Patricia Martínez en las filas del ASPTT Albi. En Segunda división intentará hacerse notar Judith Fernández, ex del Sant Gabriel que recala en el FC Temblay. “Me fui de España porque a día de hoy no tenemos una Liga profesional y por tanto no está valorada en este mundo. Viví tres temporadas increíbles en el Barcelona, club al que estoy muy agradecida por haberme ayudado a crecer profesional y personalmente, pero ya pasé página y ahora tengo mucha ilusión puesta en esta nueva etapa en el Montpellier”, asevera Virginia. “El objetivo del equipo es quedar entre los tres primeros. Sabemos que hay dos equipos muy fuertes como el Olympique Lyonnais y el PSG, pero tenemos una plantilla muy buena, competitiva y muy unida”, añade la internacional. “A día de hoy veo muy difícil volver a jugar en España viendo cómo están las cosas… Me gustaría seguir los pasos de Vero Boquete y cumplir el sueño de ser futbolista”, sentencia.

Estados Unidos, entre el profesionalismo y los estudios
Estados Unidos siempre ha sido considerado como la Meca del fútbol femenino. Allí el ‘soccer’ es considerado un deporte femenino y por su campeonato han pasado las mejores jugadoras del planeta. Por sueldos, marketing y reconocimiento es el mejor escaparate que puede tener una futbolista profesional. Su corta duración (abril-agosto) es una doble barra de medir, ya que por un lado las temporadas son excesivamente cortas para las jugadoras que solo juegan allí pero por otra parte es una alternativa más para las futbolistas europeas que quieren probar suerte en su periodo estival.

El organigrama de las diferentes Ligas en Estados Unidos es algo complejo, pero básicamente se resumen en cuatro categorías: National Women’s Soccer League (Primera división), compuesta por nueve equipos; W-League (Segunda división), formada por 25 equipos divididos en cuatro conferencias; Women’s Premier Soccer League (Tercera división), donde 74 equipos se encuadran en diez conferencias; y la NCAA (Liga universitaria).

Son varias las jugadoras españolas que han militado en la elite del fútbol femenino estadounidense (Laura del Río, Vero Boquete, Adriana Martín, Vicky Losada, Sonia Bermúdez) aunque ahora el toque español llega únicamente de las botas de Laura del Río, que vive su segunda temporada con la elástica de Washington Spirit y quien recientemente sufrió una rotura de peroné que la dejará alejada de los terrenos de juego hasta finales de año. “La profesionalización que encuentras en Estados Unidos no la he visto en ninguno de los países donde he jugado antes. En España me sentí futbolista, pero fuera siento que lo soy de verdad porque aquí las jugadoras viven solo por y para el fútbol”, comenta Laura. “Cada vez son más las jugadoras españolas que salen fuera a probar suerte y creo que eso enriquece y mejora el fútbol español, sobre todo a nivel de selección. Sea una buena o mala experiencia, siempre es gratificante conocer mundo para crecer profesional y personalmente”, asegura.

Una de las últimas tendencias en nuestro país es viajar a Estados Unidos para aprovechar su cultura universitaria de estudiar a la vez que se practica un deporte de elite. Cada vez son más las jóvenes que optan por buscar una salida en el país de las hamburguesas, labrándose un futuro tanto dentro del campo como de las aulas. El mejor ejemplo de ello es Celia Jiménez, internacional absoluta, que actualmente juega al fútbol y estudia Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de Alabama. “En España jugar al fútbol y estudiar se había convertido en una combinación cada vez más difícil. Yo soy de un pequeño pueblo de Jaén -Alcaudete- y cuando me fichó el Sevilla tuve que empezar de cero en un piso, un instituto, un equipo y una ciudad que desconocía. La distancia a los campos de entrenamiento y el tiempo consumido en viajes y concentraciones con las selecciones andaluza y española hacía que mis estudios acabaran en un segundo plano. Al final me decanté por ir a Estados Unidos porque todo estaba concentrado en un mismo Campus. Los buenos resultados de los dos primeros años en Iowa -campeonas y subcampeonas de la NJCAA- hicieron que se me abrieran tanto las puertas de otras grandes universidades como de la selección española absoluta”, cuenta la jienense.

Eva Castaño y Cristina Moreno (Iowa Western Reivers), Gabriela Morales (Universidad de St. Francis), Laura Ortega (College of Charleston), Laura Ortiz (Universidad de Niágara), Marta Turmo (Universidad de St. John’s), Mayra Tárraga (Universidad de Tenesse), Sara Sanaú (New York Magic / Mount Holyoke Collage) son otros ejemplos de jugadoras que, tras jugar en la máxima categoría del fútbol español, han decidido probar suerte en el país de las grandes oportunidades. “Es duro aceptarlo, pero se valora más a la futbolista española fuera que en nuestro país”, sentencia Sara, que también llegó a jugar en Japón. “Mi futuro lo marcan mis estudios -actualmente Psicología-, pero puede ser que una vez que acabe la universidad intente vivir alguna experiencia futbolística más. Una de las cosas que me gustaría en el futuro es ser entrenadora en Estados Unidos”, asegura.

La Europa más gélida al calor del buen fútbol
Mientras en España apenas se dedica 1.200.000 euros al fútbol femenino (un 0.95% del presupuesto total), en Europa la tendencia es invertir cada vez más en un mercado en auge. Así podemos ver los 10.500.000 euros que invierte Francia, los 6.000.000 de Noruega, los 4.374.000 de Suecia, los 2.500.000 de Dinamarca, los 1.900.000 de Austria o los 1.254.000 de Finlandia. Es allí, curiosamente en tierras nórdicas, donde ha echado raíces una de las nuestras, Rosa Herreros, que tras comenzar su carrera deportiva en el Collerense recobró la ilusión en tierras finesas donde ahora milita en el Merilappi United. “Al principio vi lo de jugar en Finlandia como una aventura porque nunca me habían llamado la atención los países del norte de Europa. A nivel de competitividad creo que es una Liga peor que la española, pero a la vez es más profesional en cuanto a contratos laborales ya que son, aunque con cláusulas diferentes, iguales que los de los hombres. Además, tenemos una Asociación de Futbolistas que nos ayuda siempre que lo necesitamos”, afirma Rosa, que además de jugar al fútbol ejerce de entrenadora de un grupo de niñas y otro de mujeres. “Había perdido un poco la ilusión por el fútbol y aquí la estoy recuperando. Aún me quedan cinco meses por delante y ese es mi objetivo prioritario. Creo que lo que más le aporto al equipo es técnica, aunque lo que más les gusta es el carácter español que ayuda a crear un ambiente alegre y unido”, finiquita ‘Rous’, como la llaman en tierras finesas incapaces de pronunciar ‘Rosita’.

Más tiempo lleva en Rusia María Ruiz, trotamundos madrileña que comenzó su carrera profesional en el Estudiantes de Huelva y que lleva más de una década mostrando su calidad como delantera en España (Sporting Huelva, Espanyol), Estados Unidos (Indiana, Buffalo Flash) y Rusia (Zvezda, Zorky, Kubanochka). El campeonato ruso se creó en 1990, se juega de primavera a otoño debido a las bajas temperaturas que se sufren en el país el resto del año y los dos primeros se clasifican para la Champions League.

“Llegué a Rusia casi por casualidad. Un entrenador que tuve en Indiana y unas amigas con las que coincidí en Estados Unidos me convencieron para probar suerte y fue un reto. Ahora llevo seis temporadas en las que he jugado tres Champions League con dos equipos diferentes. Las ganas de sentirme futbolista y profundizar en el idioma me han hecho quedarme hasta ahora”, asegura. “El fútbol ruso es bastante más físico que el español y por eso a las extranjeras nos cuesta adaptarnos. El país no es tan futbolero como el nuestro, pero su competitividad y las ayudas estatales o de patrocinadores privados ayudan a financiar a los clubes con sumas importantes. Aquí solo hay un equipo que dependa del masculino y todos tienen un filial con un calendario paralelo para fomentar el desarrollo del fútbol femenino”, analiza. “Puede que esté ante mi última temporada aquí. Este año acabo los estudios a distancia y el año que viene quiero hacer las prácticas en España. Será el momento de regresar a casa”. ¿Jugando al fútbol? “Hay que dar paso a nuevas generaciones”, contesta sin dudar.

Jóvenes talentos emergentes
Otros jóvenes valores como Eli Sarasola, Sheila Sánchez o Inés Fernández también dejan su impronta en el Viejo Continente. La donostiarra dejó el Barcelona para probar suerte en Estados Unidos y ha fichado recientemente por el Ajax holandés; la gallega ha firmado este verano por el FFC Fairvesta Vorderland de la Segunda división austriaca; y la hispano-belga aprovecha su doble nacionalidad para hacerse un hueco en la portería del Anderlecht.

«Después de graduarme y haber cumplido mi sueño de jugar en Estados Unidos quería volver a Europa para jugar al fútbol. El Ajax me hizo una oferta irrechazable. Es un club histórico que tiene un gran nivel y que creo que encaja a la perfección en lo que estaba buscando. Tenemos un equipo como para aspirar al título y poder clasificarnos para la Champions League —competición que no llegó a jugar de azulgrana—. Creo que la futbolista española está mejor vista fuera de España porque en el extranjero valoran más nuestro estilo de juego que nuestro género», asegura Eli. «A nivel deportivo es una gran oportunidad y personalmente es una ocasión única para conocer otro país, otra cultura y otro idioma. Aunque el nivel es parejo a lo que se puede ver en España, en Austria se valora mucho más el fútbol femenino. Jugando fuera espero tener más visibilidad y, ojalá, pueda cumplir el sueño de jugar con la selección española», argumenta Sheila. «Me gustaría fichar algún día por un equipo puntero de España para poder ganar títulos”, sentencia Inés

Lo que antes era una excepción ahora es cada vez más común. La marca España es importante para el crecimiento del fútbol femenino nacional, aunque ésta se valore más fuera que en nuestros propios terrenos de juego.

 

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