Alineaciones:

Ebro: Diego, Marcos, Domínguez (Joselu, m. 46), Bueno (Gori, m. 72), Pablo, Pilacés (Owen, m. 46), Castillo, Oberé, Mahdi, Fran Palma (Richi, m. 69) y Escuín

Mallorca: Santi, Christ (Rafinha, m. 52), Gori, Nadal (Reni, m. 76), Pep Vidal, Jorge, Javi (Sena, m. 79), Eder, Rodado, Toril y Diego (Salva, m. 73).

Goles: 0-1 min.29 Javi, 0-2 min.39 rodado, 0-3 min.45 Javi, 0-4 min.60 Rodado.

Arbitro: Armando Ramo asistido en las bandas por Lorente y Serrano.

Tarjetas: Amonestó a los locales Domínguez y Oberé. Del Mallorca a Pep Vidaly Salva.

Comentario:

Jose Antonio Buen

Para ganar a los grandes de la categoría tienes que hacer un partido perfecto e intentar conceder lo menos posible. No lo hizo así el Ebro y acabó sucumbiendo de manera clara, con el mismo resultado que en el partido de ida. Por eso, y por la enorme calidad que destilan algunos de los jugadores mallorquinistas, el cuadro balear es, sin discusión alguna, el equipo más completo que ha pasado hasta el momento por La Almozara.

Y eso que el inicio prometía ser más igualado de lo que fue. Imponiendo su juego físico, el Ebro llegó a dar un par de sustos, ambos gracias a sendas acciones de Mahdi, primero al pelear un balón de cabeza con Santi, al que casi se anticipa y, posteriormente, al largar un disparo fuerte que no encontró portería por escasos centímetros. Pero del blanco, se pasó al negro en un solo momento. Un saque de banda, en el que el balón bota en el área, es despejado incomprensiblemente con la mano por Bueno, cuando podía haberlo hecho con la cabeza. El regalo no fue desperdiciado por Javi. Ese instante fue el principio del fin, ya que la moral del equipo se resquebrajó a la vez que aumentaron las jugadas de calidad de un Mallorca que demostró sobradamente que su segundo puesto no es ninguna casualidad. Dos nuevos goles antes del descanso, dejaron todo más que visto para sentencia.

Con el choque finiquitado, en la segunda mitad ambos cumplieron el expendiente sin más, aunque dio tiempo a ver lo mejor de la matinal: un golazo de vaselina de Rodado, ante el que solo cabía aplaudir por su excelencia. El tanteador final pudo ser aún mayor por ambos bandos. Los arlequinados mandaron dos balones a los postes, ambos por mediación de Escuín, mientras que los bermellones hicieron lucirse a Diego que, a pesar de encajar cuatro tantos, fue de los mejores. Partido para olvidar lo más deprisa posible, y la liga del Ebro que se juega dentro de quince días en Lérida. Ahí sí que no se podrá fallar.

Redacción
cd Ebro.com