En Son Malferit se presenció otro partido en salsa agridulce, en un fin de semana de homenaje al empate a nivel nacional.

Si lo mejor llegó en el descuento -golazo de Chando tras meritorio centro de Xisco Hdez.-, tanto el resultado como el resto del encuentro dejaron a la afición a mitad de camino entre la ilusión y el desencanto.

Se antoja complicado que un equipo consiga tres victorias consecutivas en la división de bronce. Todos los equipos son parejos y el marcador se decanta a menudo por algún detalle aparentemente insignificante, que acaba teniendo trascendencia al final. Un solo contragolpe de los catalanes, con flojedad en la marca de dos jugadores locales, estuvo a punto de costarle una derrota a los de Ziege.

La entrada de Kike por Malik resultó vital para acabar restableciendo la igualada en un encuentro marcado por la buena disposición sobre el rectángulo de los visitantes y la imposibilidad de despegarse del rival en un terreno no apto para la creatividad.

La falta de espacios favorece el choque continuo de jugadores de ambos conjuntos y la imposibilidad de darle velocidad al juego.

Con todo, las mejores ocasiones asomaron por la portería visitante, y aunque el resultado final impide recortar distancias con los privilegiados de la tabla, el ATB ha sumado siete de los últimos nueve puntos, lo que permite encarar con cierto optimismo lo que le queda al calendario.

Ningún problema tienen que tener los blanquiazules para asegurarse una temporada más en la categoría. No obstante, aún queda trecho para tratar de aferrarse a posiciones que permitan disputar en la próxima campaña la Copa del Rey y, apurando el esfuerzo, tratar de alcanzar lo que no queda tan lejos: el play-off de ascenso. Dependerá del rendimiento y la suerte, pero hay materia prima para tratar de vencer a cualquier rival de la categoría.

Reservo mi último comentario para preguntar al Club qué planes de futuro tiene respecto a la posibilidad de disfrutar de una superficie digna –y propia- en la que disputar encuentros en venideras temporadas. Ahora que la paz social parece instalada en la entidad, convendría centrarse en ello.

 

Daniel Riera para Fútbol Balear.