El hegemónico París Saint Germain ya no es invencible. El conjunto de Laurent Blanc, que llevaba 36 partidos ligueros sin perder, casi un récord nacional, ha vuelto a conocer el sabor amargo de la derrota tras inclinarse este domingo por 2-1 en casa del Lyon, el anterior jefe supremo de la Ligue 1 en los años 2000. Sergi Darder fue el gran artífice de una victoria “merecida”, en palabras de Blanc, con un gol fantástico y una actividad inusual para un jugador que sólo disputó una decena de partidos en el once titular desde que desembarcó en Francia desde el Málaga el verano pasado a cambio de 12 millones de euros.
El duelo que enfrentaba a los dos clubes más laureados del fútbol francés en el siglo XXI era el quinto en lo que va de temporada, y hasta ahora se había resuelto cada vez con el triunfo implacable de los parisinos, ya fuera para ganar los tres puntos ligueros o pasar de una eliminatoria en Copa. Esta vez, los locales impusieron su ley, quizás gracias al impulso de una hinchada desatada en su nuevo estadio, el Parc OL, que se inauguró a principios de año de cara a la Eurocopa de junio. Cornet anotó el primero tras momificar a Van der Wiel, el sustituto de Aurier en la banda derecha, y Darder repitió la secuencia triunfadora minutos después gracias a un gesto acrobático que clavó al gran Tiago Silva ante el área de Trapp. El árbitro todavía no había pitado el descanso y el PSG ya tenía las dos rodillas al suelo.
“Hicimos un partido mediocre del cual no podíamos esperar más que una derrota”, aseveró en rueda de prensa Blanc. “El primer periodo fue lamentable y en el segundo, con un pelín más de agresividad, recuperamos la competitividad pero la diferencia ya estaba hecha. Hay que felicitar al Lyon por su buen partido”, prosiguió.
El PSG llevaba desde el pasado 15 de marzo sin perder un partido en Liga, es decir casi un año. Es un mundo, el mundo de la derrota en tierras francesas, del que se había despedido el PSG desde la llegada a la capital francesa de Angel Di María, baja en el partido por una curiosa coincidencia. Una precaución, dice el staff técnico del PSG, que quiere preservar al futbolista argentino a falta de 10 días para visitar Stamford Bridge en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions. Un partido hacia el que el coloso PSG avanzará con una inesperada prudencia.
El Pais
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