El partido comenzó con dominio para los bermellones, que salieron con ganas de imponerse al rival desde el inicio. El control del balón se tradujo en varias oportunidades,  la más clara para Brandon y Óscar Díaz en el minuto 10, que no se materializaron por el buen hacer de la defensa local.

Los de Vázquez se apoderaron del balón, que circulaba más rápido en sus botas que en la de los amarillos, que esperaban encerrados y abusaban del balón largo a Ortuño para construir su juego. De hecho, la primera ocasión clara para los de Cervera no llegó hasta el minuto 27 cuando el árbitro pitó un penalti muy dudoso de Company al propio Ortuño, el ex mallorquinista no falló y puso por delante a los suyos en un marcador que no hacía justicia a lo visto hasta el momento.

Los isleños no bajaron los brazos y siguieron intentándolo a base de balones al área que despejaba la defensa local sin muchos problemas. Brandon, en el minuto 37 tuvo una buena oportunidad, pero su balón salió rozando el palo.

La segunda mitad comenzó con algo menos de dominio del Mallorca y con dos internadas del Cádiz por su banda izquierda que crearon algo de peligro a la meta de Santamaría. Poco a poco el dominio se fue igualando y el Mallorca volvió al guión del primer periodo, con largas posesiones y triangulaciones.

El peligro, en estos minutos, lo ponían los de Vázquez.  En el minuto 52 tuvieron una buena ocasión con un balón rebotado en el área que pudo rematar nadie y en el 61 Juan Rodríguez no llegó por centímetros a un balón lateral.

Tanto lo intentaron que en el minuto 66 un balón rechazado dentro del área acabó en los pies de Óscar Díaz y este no perdono, poniendo el empate a uno en el Ramón de Carranza. Los mallorquines lo siguieron intentando. Lekic, que acababa de saltar al campo, tuvo en el 75 una buena ocasión desbaratada por la defensa y, un minuto después, Company disparó desde fuera del área y el balón rozó la escuadra.

El Mallorca dominaba totalmente el partido en estos minutos y acosaba la portería defendida por Cifuentes, los locales no tuvieron más remedio que atrasar las líneas y despejar, uno tras otro, los balones laterales que colgaban los visitantes.

En los últimos el partido perdió control y los dos equipos se lanzaron al ataque. La expulsión de Company, en el 90, dio alas a los de casa que encerraron a los mallorquines, aunque sin efectividad, hasta que el árbitro pitó el final.