El Mallorca consiguió llevarse los tres puntos en el derbi palmesano disputado esta mañana en Son Moix. Un derbi que no defraudó y tuvo de todo, que nos ofreció fútbol, goles, emoción y un campo con un ambiente digno de primera división, con dos aficiones que no pararon de animar a sus equipos en todo momento desplegando, ambas, dos enormes banderas con los colores de sus equipos antes de iniciarse el encuentro. En total fueron 11.354 los espectadores que presenciaron el encuentro, la soleada mañana y buena temperatura ayudó también.

El Atlético Baleares dibujó, de inicio un 4-1-4-1 con Villapalos por delante de la línea defensiva, un planteamiento aparentemente defensivo pero con mucha movilidad y buscando llegar por la vía más rápida a las inmediaciones del área local. El Mallorca salió con toda su artillería viendo los nombres que formaban el 4-4-2, incluido el debut de Aridai, no obstante parecían tener demasiada prisa en llegar al área visitante, por lo que el partido se convirtió en un cúmulo de impresiciones por parte de los jugadores de ambos equipos, se jugaba más con el corazón que con la cabeza, mucha intensidad, mucha lucha pero al balón no era de nadie, un balón maltratado que no fue entre los tres palos de ninguna de las dos porterías en los primeros 30 minutos de lucha. Transcurridos los primeros 20 minutos el Mallorca empezó a poner cierta pausa al juego, coincidiendo con la entrada en acción de un Salva Sevilla que empezó a preocuparse más de poner criterio, adueñarse del balón e iniciar el juego ofensivo de su equipo que de seguir a los jugadores blanquiazules en labores más defensivas, el Baleares iba retrocediendo líneas y el Mallorca empezaba a dominar a su rival y creaba constantes llegadas con peligro. A los 30 minutos llegó la mejor ocasión tras un gran disparo de Bustos que se colaba por la escuadra derecha de la portería de Aulestia, pero éste respondió con una gran intervención, el balón ya tenía dueño. Cuando más cerca parecía el Mallorca de romper la defensa visitante, llegó el 0-1 ante la sorpresa general, fue un balón centrado desde banda izquierda por parte de Biel Guasp sin peligro alguno, pero cuando dudábamos si Pedraza, que no tenía ninguna oposición, despejaría o controlaría con el pecho, se agachó dejándolo pasar tal como si el portero se lo hubiera pedido y éste no tuvo tiempo de reaccionar y se coló en su portería. Sin nada más reseñable se llegó al minuto 45 y descanso.

La segunda parte se iniciaba con muchas dudas y con un ATB que salía con el tiempo como nuevo aliado, con la ventaja en el marcador. Pero el Mallorca pareció salir enrabietado y a los 3 minutos de iniciado el partido ya consiguió el empate tras una gran jugada de Joan Sastre que finaliza con un zurdazo estrellando el balón en la base del poste, el rechace lo recogió Aridai y disparó con mucha intención enmarcando el jugadón de Sastre (1-1). En pleno dominio mallorquinista llegó el segundo gol que daba la vuelta al marcador, fue a los 57 minutos de partido y obra de Salva de gran chut desde fuera del área, tras buena jugada por banda izquierda de Bonilla.

El equipo barralet pasaba por su mejor momento, Juan Sastre y Bustos por banda derecha, y Bonilla con Aridai por la izquierda se convertían en auténticas pesadillas para la contención blanquiazul asistiendo a Cedric y Álex López. Definitivamente parecía claro que el Mallorca no iba a caer en anteriores errores y buscaba el tercero ante un Baleares que parecía impotente. Pero nada más lejos de la realidad, los visitantes sacan fuerzas, casta y juego y consiguen el 2-2 a los 70 minutos de juego, obra de Sergio Sánchez al rematar de cabeza un córner botado por Fullana. Pero poco le duró la alegría a la parroquia blanquiazul, ya que dos minutos tardó el equipo bermellón en volver a remontar (3-2) al rematar Álex López un espléndido centro del debutante Aridai.

El partido ya estaba tácticamente roto, los jugadores de ambos equipos querían más, en una lección de pundonor. Vicente Moreno intenta calmar el corre calles anulando el previsto cambio de James y sacar a Cano para marcar el tiempo que convenía le convenía a su equipo.

En definitiva un partido lleno de emoción y goles, con una segunda parte muy entretenida, brillante por parte rojilla ante un equipo que nunca se rindió y muy bien manejado desde el banquillo, corriendo riesgos que, si hoy no dieron resultado, a buen seguro lo acabarán dando, no siempre se juega contra el líder de la categoría.