Elena García.
Igualdad. Futbolistas de la talla de Cata Coll o Patri Guijarro han brillado en un año en el que las mujeres han dado un paso adelante reivindicando sus derechos. Campeonas del mundo y de Europa sub-17, subcampeonas mundiales sub-20, campeonas europeas en categoría sub-19… El fútbol femenino avanza a pasos agigantados y su crecimiento es exponencial, pese a los numerosos baches que sigue encontrándose en el camino
«No hablo de dinero, y menos con una mujer», atajaba el pasado 12 de diciembre Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, al ser cuestionado por una periodista. Solo una semana antes, un comentario machista de Martin Solveig, DJ de la gala del Balón de Oro, hacia la primera galardonada de la historia del certamen, Ada Hegerberg, cambió la cara de la jugadora. «¿Puedes hacer ‘twerking’?», le preguntó a la futbolista, quien visiblemente incómoda hizo ademán de abandonar el escenario.
Este tipo de actos, hace unos años socialmente aceptados, hoy muestran lo retrógradas que todavía pueden ser algunas personas. El fútbol femenino avanza a pasos agigantados, su evolución es exponencial, pero los baches son inevitables. Las futbolistas se han erigido en un año en el que las mujeres han dado un paso adelante reivindicando sus derechos. Campeonas del mundo y de Europa sub-17, subcampeonas mundiales sub-20, campeonas europeas en la misma categoría… El fútbol femenino español alza la voz, pero todavía quedan muchos gritos que dar.
Según datos del Consejo Superior de Deportes, las licencias de mujeres que practican fútbol federado en España pasaron de 36.282 en 2011 a 60.329 en 2017, un crecimiento del 60% en apenas seis años y a la espera de ver el efecto del gran año del fútbol español en las cifras. Balears no ha sido una excepción. Si en 2010 apenas se alcanzaban las 694 fichas, en 2017 prácticamente se duplican los registros (1.024), cifras logradas, en gran parte, por el espectacular rendimiento de varias de las jugadoras de la isla.
Cata Coll se ha convertido en la gran revelación de la temporada. La guardameta marratxinera, futbolista del Collerense, cierra un 2018 cargado de éxitos. Campeona del mundo y de Europa sub-17, subcampeona mundial sub-20, ha sido galardonada con el Guante de Oro y agasajada con la máxima distinción de la Federació de Futbol de les Illes Balears. Coll aspira a abandonar la isla el curso que entra. La Liga Iberdrola, la Primera División femenina, es su objetivo, donde los sueldos oscilan entre los 300 y los 8.000 euros al mes.
Patri Guijarro no se queda atrás. La palmesana recibió el Balón y la Bota de Oro del Mundial sub-20. Con su equipo, el Barcelona, conquistó la Copa de la Reina y ha sido incluida en la lista de las 100 mejores futbolistas del mundo. La internacional con España fue seleccionada como mejor deportista femenina de las islas por el Govern y es uno de los referentes de la absoluta que el año que viene disputará el Mundial.
Su compañera de filas, Mariona Caldentey, no se aleja de sus éxitos. La centrocampista de Felanitx ha vivido uno de sus años más complicados desde que es futbolista profesional. Una lesión le apartó de los terrenos de juego durante cuatro largos meses. El reciente fallecimiento de su padre ha marcado un curso no falto de triunfos. Junto a Guijarro, Caldentey fue incluida en el Once de Oro femenino de fútbol Draft 2017. Premiada con la Bota de Oro en la gala del fútbol balear, es el faro de una selección que, con ocho victorias en ocho partidos, se ha clasificado para el Mundial.
No lejos de Guijarro y Caldentey se encuentra Virginia Torrecilla. La de Cala Millor cumple su cuarta temporada en la Primera División francesa. La centrocampista de 24 años compagina sus éxitos en el Montpellier con su gran rendimiento en la selección que dirige Jorge Vilda. La mallorquina se convirtió el pasado noviembre en la española número 13 que alcanzó la cifra de 50 internacionalidades con La Roja, donde debutó en 2013.
Patricia Mascaró cierra un año redondo en el Málaga. Tras conseguir el ascenso a Primera División la pasada temporada con el Madrid CFF, este año la ex del Collerense apostó por cambiar de aires y fichar por el conjunto andaluz. El Málaga ha pasado de vivir un histórico ascenso tras casi una década alejado de la elite, a sufrir un fatídico arranque en la categoría. Ahora logra mantenerse fuera de los puestos de descenso gracias a los goles de su máxima artillera, Mascaró.
Maitane López firma su cuarta temporada en las filas del Levante femenino. Elegida como embajadora de la Copa de la Reina Iberdrola de hockey hierba, su trabajo en labores defensivas han catapultado a su equipo a la tercera posición de la tabla, codeándose con históricos de la Liga como el Athletic, el Barcelona o el Atlético de Madrid. Más de veinte mil personas llenaron las gradas del Ciutat de Valencia, el pasado 9 de diciembre, para presenciar el derbi entre el equipo de Maitane y el conjunto che.
La creación de la sección femenina del Baleares, el ascenso a Segunda del Mallorca Toppfotball, las aspiraciones de Collerense y Son Sardina por acceder a la nueva categoría de Primera B o la norma implantada por la FFIB en el fútbol base por la que las competiciones oficiales en Balears pueden tener equipos mixtos hasta la categoría de cadete a la vez que equipos femeninos puedan competir en las ligas masculinas, son solo algunos de los mensajes que se lanzan desde el fútbol femenino de las islas. Los granitos que aportan pueden parecer pequeños pero el trabajo muy duro, la recompensa se hace patente. Ellas alzan la voz en un deporte históricamente de hombres. Ellas reivindican la igualdad y los derechos sobre el verde. Ellas son la nueva generación de mujeres.
Diario de Mallorca
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