En relación a la noticia aparecida en diarios y redes sociales sobre la creación del “espai 3×3 femenino” el Club quiere recordar el trabajo que está haciendo y la forma de entender la inclusión e igualdad en las etapas formativas del fútbol base.
Desde el comienzo de esta misma temporada en el CE Constancia de Inca hemos comenzado a realizar lo que comúnmente se conoce por una “discriminación positiva” en favor de las niñas que quieren jugar al fútbol; el de “discriminación positiva” es un concepto que no nos gusta ya que incluye la palabra “discriminación” que es precisamente lo que queremos evitar, pero se conoce así y está socialmente aceptado como concepto de inclusión.
Hace un par de años detectamos la falta de jugadoras, de niñas en nuestros equipos, y no entendíamos muy bien porqué. Leyendo la noticia aparecida en los medios estos días y la creación del “espai 3×3 femenino” entendemos que siguen existiendo los mismos problemas y que se sigue luchando en las direcciones quizás no acertadas.
En las etapas formativas, sobretodo de fútbol 8, entendemos este deporte como un aprendizaje preparatorio para fútbol 11; no olvidamos la competición que te exige estar en un equipo federado y obteniendo resultados semanales que se reflejan en la clasificación, pero lo consideramos secundario (o no tan importante). Lo fundamental en esta etapa es ir aprendiendo año a año los conceptos tácticos, individuales y colectivos, que luego llevarán al jugador/a a practicar este deporte independientemente de su calidad individual, o sea, le permitirán participar de un equipo de competición de fútbol 11 si se esfuerza y entrena.
En este entorno lo ideal es que los equipos sean mixtos, y lo ideal, el entorno perfecto, sería que lo fueran al 50%. La explicación la tenemos en la calle, en las empresas y, sobretodo, en los colegios. La sociedad lucha por la inclusión y por la igualdad y no por la segregación o por la exclusión. Nosotros, un Club de fútbol tradicional, en constante evolución y actualización de conceptos, sabemos que tenemos que ayudar a las niñas; sabemos que tenemos que darles un empujón y un pequeño extra para ello. Por eso, desde esta temporada, hemos decidido incorporar a cualquier niña que nos solicite jugar en cualquier etapa formativa (de prebenjamines a infantiles); y eso, en un Club como el nuestro con 450 fichas, 26 equipos y dificultades de espacios de entreno es muy complicado. La mayoría de nuestros equipos no pueden crecer más, pero si es una niña la que quiere entrar se le hará un hueco y entrenará participando de todo lo que su equipo haga.
Lo hacemos por una razón muy sencilla: porque creemos que eso nos hará un Club más igualitario, una institución más actual y preparará a nuestros jugadores-as para una sociedad más igualitaria. Situaciones tan cotidianas para otros entornos, como la difícil gestión de un vestuario mixto cuando el equipo es uno solo (sin sexo), hacen que nos replanteemos cada día una solución nueva. Investigamos, experimentamos y llegamos a conclusiones cada día y lo hacemos para conseguir ese ideal de equipos mixtos al 50% en etapas formativas. No somos expertos en igualdad de género, pero creemos que este es el camino para conseguir la tan difícil normalidad.
En palabras de nuestro coordinador de fútbol8 (etapa formativa) Alberto Moreno Sarrión: “Día a día intentamos normalizar relación entre niñas y niños, cosa fácil en F8 y relativamente sencillo en Infantiles, por eso son las etapas que más trabajamos. De esta manera crecerán juntos para ayudar a que no se vean diferentes en la práctica del deporte. Es decir, evitarán estereotipos fáciles y falsos.
Empezamos en esto hace sólo dos años, pero esperamos ayudar a que poco a poco las personas sean iguales en este deporte con independencia del sexo; y serán ellos, los más pequeños y pequeñas quienes jueguen y ganen este partido.
Sabemos que queda mucho por hacer, pero nos empeñamos en ello.”
La segunda entrenadora del juvenil nacional del CE Constancia, jugadora profesional y, en su día, seleccionada como única chica en la selección balear de alevines, Bel Calero, tiene muchas experiencias al respecto también: “Como Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, profesora de Educación Física y amante del deporte en general, pienso que lo ideal es el deporte mixto hasta la edad de 14-15 años donde las diferencias físicas empiezan a ser evidentes.
«El deporte sin discriminación de género (masculino o femenino) es una herramienta muy potente para lograr la ansiada igualdad. Normalizar los equipos en los que hay niños y niñas por igual que comparten terreno de juegos, vivencias e inquietudes debería ser prioritario para los técnicos que se dedican al deporte de base. Muchas veces siento que somos los adultos quienes generamos prejuicios. No nos damos cuenta hasta que punto los adultos podemos condicionar los pensamientos de los más pequeños.
En mi caso, jugué hasta los 14 años con mis amigos en el Margaritense, donde compartía vestuario con 2 chicas más, más tarde empecé a jugar en equipos femeninos, pero seguí entrenando con mis amigos hasta que me fui a Lérida para empezar mis estudios universitarios.
Pienso que la discriminación en general es nociva, tanto si se produce por parte del género masculino como si es al revés.”
Por último, la concejala de Igualdad en el Ajuntament d’Inca y también madre de una jugadora de nuestro Club, Maricarmen Oses, piensa que: “Hay que trabajar por la igualdad, y una igualdad real no es segregar. No es necesario crear espacios artificiales donde las niñas se sientan seguras, hay que luchar para que TODOS los espacios sean seguros para chicos y chicas por igual. Es un trabajo duro para Clubes y Federación, pero hay que hacerlo ya que el resultado será visible y positivo una vez normalizado.
En nuestro Club no vemos la diferencia en que a un jugador, sea niño o niña, tenga dificultades y no le “pasen la pelota en los partidos” o tenga menos capacidades físicas que los demás, incluso haya comenzado tarde a entrenar y le cueste más. Son jugadores (niños y niñas) y deberían ser tratados todos por igual, en un espacio común y aprendiendo así que la sociedad deberá ser también un reflejo de todo esto. Por ello pensamos que “la pelota está en nuestro tejado” en el de los Clubes formativos y, aunque el camino sea complicado, tenemos que afrontarlo con valentía y solicitando las ayudas que estén a nuestro alcance para hacerlo de manera correcta.
CE Constancia
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