Alineaciones:
Real Zaragoza: Azón, Francés, Escuín, Borge, Álvaro Martín, Francho, Jaime (Rodrigo Val, 64), Castillo, Jesús Jiménez (Marvin, 72), Alastuey (Quesada, 79) y Andreu (Benedet, 62).
Mallorca: Aarón, Akil, Prada, Gayá, Papa, Florit (Mario, 64), Montalbán (Miguel, 74), Llabrés, Gálvez, Tom y Mercadal (Simón. 64).
Goles: 0-1, min. 14: Montalbán. 1-1, min. 17: Jesús Jiménez, de penalti. 2-1, min. 32: Castillo. 3-1, min. 55: Jesús Jiménez. 4-1, min. 76: Marvin.
Árbitro: Ruiz Esquinas. Amonestó a los locales Francés y Andreu y a los visitantes Florit y Tom.
Comentario:
Recital del Real Zaragoza juvenil en una exhibición de juego colectivo
Vuelta a la «normalidad» para el Real Zaragoza, que se rehizo como equipo grande que es, de la derrota del pasado sábado en Barcelona, en una exhibición de juego colectivo, minimizando las virtudes de todo un Mallorca, al que aleja a diez puntos de distancia, dejando a los insulares casi sin opciones de pelear por las plazas de Copa del Rey.
Todo arrancó igual de mal, en lo que al marcador se refiere, que ante al Espanyol. Mercadal controlaba y se orientaba con comodidad, y servía un pase teledirigido a la espalda de la defensa, donde aparecía Montalbán en carrera, para superar la media salida de Azón. Poco duró la desventaja, pues rápidamente iban a igualar los blanquillos, en una clara pena máxima de Gayá, que con el pie derribó a Jesús Jiménez, cuando el delantero ya se encontraba dentro del área. El propio nueve tomó el mando de ejecución, disparando centrado, pero superando a un Aarón que ya se había vencido.
El gol dio ese poso necesario para que los fantasmas de otra posible derrota se alejasen, y la máquina blanquilla empezó a carburar a alto número de revoluciones. Castillo tuvo el segundo de cabeza, en un servicio de falta de Alastuey, pero entrando con todo, no pudo precisar bien el remate. El capitán erró a la primera, pero no perdonaría en otra acción similar, en la que tras una segunda jugada, después de un despeje de la zaga insular, la pelota le caía en el pico del área a Andreu, que templaba con calidad y Castillo, picaba abajo para que los zaragocistas tomasen una ventaja que ya no soltarían. Una última intentona de Francho desde el punto de penalti, en un remate de primeras, y finalización alta, daba por concluida la primera mitad del choque.
Si el Real Zaragoza había ido de menos a más, en la segunda mitad, el nivel de calidad de juego subió aún más puntos en la escala. Perdonó de manera increíble Alastuey, en un balón muerto, en el que solo tenía que embocar entre los tres palos, pero envió sorprendentemente al lateral de la red. A veces se falla lo más sencillo, y entra lo más complicado, como iba a suceder en el minuto 55, en un golazo sencillamente espectacular, de pura potencia de Jesús Jiménez, que tras tumbar al central Papa, coge la pelota y larga un zambombazo diavólico, que se cuela como una exhalación, tras tocar primero en el larguero. 3-1 y todo visto para sentencia.
El Mallorca se veía impotente para poder ver al menos de cerca el área zaragocista. El trabajo a destajo en centro del campo, hacía imposible la tarea bermellona. El premio a no relajarse, vino a un cuarto de hora del final, en una diagonal sensacional, que Marvin, con la puntera, cruzó, haciendo inútil la estirada del meta mallorquín.
Triunfo inapelable, e incluso corto, y demostración que las derrotas llegan, porque se puede tener malos días, pero que el que quiera volver a vencer a este Real Zaragoza, va a tener que trabajar a la perfección
Redacción
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