Tras la llegada de ambos técnicos al primer equipo del club se palpaba en el ambiente lo que posteriormente está sucediendo, y toco madera(mi cabeza)para que continúe por este camino. Ilusión, confianza, responsabilidad, amor al club y, por supuesto, trabajo, mucho trabajo.
Jóvenes pero con dilatada trayectoria en nuestro fútbol han conseguido invertir la dinámica por la que pasaba el CD Génova, que sin ningún tipo de duda no merecía tal pesadumbre. Profesores de Educación física y entrenadores nacionales que comparten su pasión y su novedosa metodología que parece, a tenor de los resultados, que ha encajado a la perfección en un vestuario ambicioso y con la moral muy alta para demostrarse a sí mismos el potencial que tienen.
Partido a partido es el breve comentario que emana del vestuario al indagar buscando un porqué.
A tan solo 8 jornadas para la finalización del campeonato de liga acumulan un pleno de victorias bajo su dirección. 12 puntos de 12 posibles y «Los azules» (como se les denomina cariñosamente) apuntan a la liguilla de ascenso a Tercera división, de la que se encuentran ya a 5 puntos, aunque no quieren comentar tal posibilidad y sí la de respetar siempre, al máximo, al rival de turno.
En el fútbol nunca hay que «echar las campanas al vuelo» pero lo que está sucediendo allí no pasa desapercibido para nadie y se pudo ver tras el pitido final del partido que les enfrentaba al Inter Manacor. El terreno de juego se llenó de jóvenes, de las categorías inferiores, que quisieron celebrar tanta alegría acumulada con sus compañeros mayores.
Familiares y amigos aplaudían desde las gradas el esfuerzo de su equipo mientras el pilar de este club, Don Joan Aloy, presenciaba a pie de campo, con la emoción contenida, junto al resto de directivos y miembros de la secretaría técnica del club, la revolución en su «Nou Garroveral».
Antonio López para Fútbol Balear.
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