Alineaciones:
UD Ibiza-Eivissa: Germán, Fran Grima, Morillas, Goldar, González, David, Cenitagoya(Pardo min.74), Pérez, Javi Lara(Vázquez min.80), Sergio(Sibo min.91), Kike(Roedado min.80).
UCAM Murcia: Biel Ribas, Liberto Luís(Santi Jara min.73), Víctor, Charlie, Josete, R. De Vicdente, Jordi, Buyla(Pablo Cesar Espina min.73), Fernández(Isaac min.84), Alberto(Moreno min.89, Terranova(Romera min.89).
Gol: 1-0 Cenitagoya min.70.
Árbitro: Víctor García Verdura asistido en bandas por Albert Avalos Martos y Daniel Lucas Gómez del comité territorial catalán.
Tarjetas: amarillas para Goldar min.59, Pardo min.82, Vázquez min.90 y Sibo min.91 por la UD Ibiza-Eivissa y para Víctor min.38, Fernández min.44, R. De Vicente min.49, Fernández min.69, Moreno min.70 y Roja para Buyla min.90 por el UCAM Murcia.
Comentario:
La UD Ibiza es equipo de Segunda División A. Ha alcanzado la gloria, el máximo premio posible esta temporada y la recompensa que perseguía desde su fundación. Desde hoy la isla de Ibiza cuenta por primera vez en la historia con un equipo en la Liga de Fútbol Profesional, en la segunda máxima categoría española de este deporte. Un gol de Ekain de penalti en el minuto 69 lo ha hecho posible y ha echado por tierra las ilusiones de la UCAM Murcia, 1-0. Un tanto y un futbolista que serán recordados para siempre entre la hinchada insular, que lo ha festejado a lo grande con los suyos al término del encuentro en el Nuevo Vivero de Badajoz. La gloria aguardaba al club que preside Aamadeo Salvo, que desde que resucitó a una UD Ibiza criogenizada e inerte, presa de las deudas, puso rumbo a cotas jamás antes conocidas en el balompié local.
La primera parte fue trepidante, como el resto del encuentro. Tras unos primeros instantes de tanteo, los protagonistas empezaron a olvidarse de la trascendencia del partido y eso dio paso al fútbol ofensivo y por tanto a las primeras acciones de serio peligro. En el minuto 22, Germán evitó un gol en propia puerta tras un intento de despeje de Goldar que salió despedido a toda potencia hacia su propio marco. El meta, muy atento, desvió a córner en una exhibición de reflejos con la que conseguía mantener el empate a cero.
Mientras el Ibiza buscaba la portería contraria mediante la elaboración, el Murcia lo hacía a través del juego directo y después de la intervención de Germán tuvo varias oportunidades casi consecutivas que no acabaron en gol por poco. No podía fiarse el conjunto de Juan Carlos Carcedo, porque su rival era capaz de crear una acción de peligro de la nada.
Desde las esquinas, el Ibiza puso en aprietos a su adversario en el lanzamiento de varios córners, el más nítido, el que remató Ekain de forma acrobática y que no fue dentro por poco. Sin embargo, la ocasión más clara del primer tiempo llegaría al filo del descanso y tuvo al delantero del Ibiza Castel y al meta mallorquín de la UCAM, Biel Ribas, como protagonistas. El portero, como un témpano, no se puso nervioso para arrebatar el cuero al punta cuando éste se disponía a rematar de cabeza a bocajarro.
El veredicto quedaba aplazado al segundo tiempo al no haber prácticamente tiempo para nada más. A la UD Ibiza le valía el empate para subir, el 0 a 0 podía ser bueno. Pero no se conformó ni esperó a el reloj corriera a su suerte. En la segunda mitad fue con más ahínco a por el gol y consiguió encerrar a su adversario en su parcela durante muchos pasajes del partido. Se resistía el gol, hasta que, en el minuto 67, el colegiado rectificó, a instancias del asistente, y lo que en un principio parecía una falta se convertía en penalti. Ekain tomó la responsabilidad de lanzar la pena máxima, y el cuero se detuvo en el interior de la red.
El sueño estaba cerca, más todavía, pero quedaban 20 minutos por delante más el añadido y la UCAM no había dicho su última palabra. No obstante, la UD Ibiza parecía más consistente sobre el rectángulo e iba frenando una tras otra las embestidas de su rival, dispuesto a morir en el intento para empatar el encuentro.
A falta de cinco minutos, Davo, en una contra, pudo sentenciar, pero su disparo se estrelló en el larguero en el mano a mano con el meta y en el que podría haber dejado el choque concluso en el tramo final. Tocaba sufrir, los cinco minutos que quedaban para el 90 más los cinco que añadió el árbitro. Y lo hizo, y de qué manera, para alcanzar la gloria y materializar un ascenso que cambia para siempre el fútbol ibicenco y que depara un porvenir más que interesante para afición y club.
Redacción
noudiari
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