La Udé mejoró mucho su imagen de inicio. Al contrario que en tierras mañas, llevó la batuta del partido en todo momento, con dominio territorial aplastante. Además, fue el primero en poner a prueba al portero con un disparo de Ekain desde la frontal del área.

Los racinguistas, a pesar de estar sometidos, también encontraron huecos para atacar. De hecho, uno de sus ataques murió de la misma forma que el de Ekain, con un disparo de Pombo a las manos de Fuzato desde el exterior del área al cuarto de hora de juego.

Los visitantes se fueron desperezando con el paso de los minutos y reduciendo el dominio local. El choque se niveló y las acercamientos de peligro comenzaron a escasear. De hecho, se tuvo que esperar a una acción a balón parado para cantar un uy en la grada. Fue a falta de cinco minutos para el descanso, en una falta muy bien botada por Javi Vázquez desde la frontal del área y que Parera desvió a córner con una manopla providencial.

Anteriormente no se había viso apenas nada salvo una internada de Iñigo por la izquierda que acabó con un tiro manso al portero. Los minutos pasaron sin nada más reseñable y se llegó al descanso con las espadas en todo lo alto.Tras el descanso, el Racing realizó un doble cambio de inicio para reforzar su costado derecho.

Entraron Fernández y Medina por Mboula y Mantilla. Sin embargo, el partido no tardó en ponerse de cara para los unionistas. Gassama fue expulsado a los cinco minutos tras ver su segunda tarjeta amarilla.

Lucas Alcaraz olió la sangre y fue realizando paulatinamente cambios para potenciar y refrescar el apartado ofensivo. Primero entraron Bogusz, Miki Villar y Morante por Suleiman, Coke e Isma Ruiz. Más tarde también entraron Castel y Herrera por Ekain y Darío.

A pesar del claro dominio celeste, las ocasiones no llegaban. Es más, el Racing de Santander tuvo una triple oportunidad clamorosa de gol a falta de cinco minutos para el final, pero Fuzato estuvo magistral par despejar los remates de Pol Moreno, Satrústegui y Peque. Respiraba la grada.

El cuadro de Lucas Alcaraz insistió en busca de los tres puntos. No podía dejar escapar esta ocasión de oro ante un rival directo que jugó toda la segunda mitad en inferioridad numérica.

Sin embargo, le fallaba el último pase. Con todo, cuando parecía que el partido acabaría en tablas, un penalti por mano en el tiempo de descuento le dio la oportunidad que tanto ansiaba. Herrera asumió la responsabilidad y no falló. Poco después llegó el pitido final y la fiesta. La UD Ibiza se mantiene viva por la salvación y rompió una racha de 10 jornadas sin ganar. Ya tocaba.