El primer susto importante del encuentro llegó en el minuto 14, cuando Javi Seral estuvo a punto de ser sorprendido con un centro lateral que no encontró rematador. El portero, con un gesto extraño consiguió repeler el balón. La réplica llegó un minuto más tarde en un centro de Mejía que remató Elorza por encima de la portería de Masip.

De la ocasión más clara del partido se pasó al gol pucelano. En una contra mortal tras un error en el despeje, los visitantes se vieron en un tres para dos, jugaron fácil y el balón le llegó a Meseguer, que remató de primero para superar a Seral. El guardameta tocó el balón, pero no pudo evitar que se colase en su portería.

Con el 0-1, el Valladolid se hizo todavía más dominador del balón, pero cuando robaba la Peña daba sensación de que podía generar peligro. Eso sí, los acercamientos no terminaban de concretarse en ocasiones de gol, ni en disparos.

En el 35, Quintana estaba providencial para bloquear el disparo de Elorza que había entrado al área con mucha intención. Estaba siendo el jugador más incisivo de los ibicencos, intentando sorprender siempre en velocidad. Lo intentó la Peña en el tramo final de la primera parte, levantando los aplausos de un público que empezaba a creer en el empate.

La última de la primera parte fue para el Valladolid. En un balón parado, el esférico de Joni Montiel voló al corazón del área, donde encontró completamente solo a Quintana, que no fue capaz de encontrar la portería de Javi Seral para fortuna local. El partido se marchó al descanso con la sensación de que todavía había vida para los locales que habían ido de menos a más.