Alineaciones:
RCD Mallorca: Rajkovic; Gio González, Valjent, Raíllo, Nastasic, Jaume Costa (Toni Lato, 79′), Antonio Sánchez (Morlanes, 64′), Samu Costa, Dani Rodríguez (Sergi Darder, 79′), Muriqi y Larin (Abdón Prats, 64′).
Real Sociedad: Remiro; Traoré, Zubeldia (André Silva, 64′), Le Normand, Javi Galán, Brais Méndez (Turrientes, 73′), Zubimendi, Merino, Zakharyan (Pacheco, 64′), Take y Sadiq (Barrenetxea, 64′).
Goles: 1-0 Antonio Sánchez(3′), 1-1 Kubo(37′), 1-2 Merino(92′).
Árbitro: Pablo González Fuertes asistido en bandas por Israel Barcenas Rodríguez y Rubén Porras Rico. 4º árbitro Jorge Tárraga Lájara. VAR Miguel Ángel Ortiz Arias. AVAR Valentín Pizarro Gómez.
Tarjetas: Amarilla a Antonio Sánchez(31′), Rajkovic(45′), Raillo(46′ y 47′), Nastasic(82′), Samu Costa(90′), Sergi Darder(90′), Dani Rodríguez(90′) y Muriqi(90′). Roja a Toni Amor(90′)(2ºE) y Siebe(90′) y amarillas por los visitantes Le Normand(41′), Zubeldia(61′), Pacheco(77′) Mikel Merino(90′); Turrientes(90′) y Roja a David Casamichana(55′) preparador físico,
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima quinta jornada de LaLiga disputado en el estadio Son Moix ante 18.153 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Bartolomé Beltrán, ex presidente del Mallorca. Presenció el partido Lionel Scaloni, entrenador de la selección argentina de fútbol.
Comentario:
El Mallorca había conseguido llegar al tiempo reglamentado consiguiendo un valioso empate ante la Real Sociedad, a base de un gran trabajo, jugando con un hombre menos durante toda la segunda parte. Pero el tiempo es reglamentario hasta que pita el colegiado y en el tiempo añadido llegó el mazazo en forma de magistral remate de Merino a la base del poste izquierdo de la portería de Rajkovic.
El Mallorca salió con un 5-3-2, con Muriqi y Larin en punta, con Dani, Samu y Antonio Sánchez en la sala de máquinas y apoyo a la defensa formada por Gio y Jaume Costa en los laterales, con los centrales Valjent, Raillo y Nastasic, el partido no pudo empezar mejor con un golazo de Antonio a los tres minutos de juego que hizo inútil la estirada de Remiro. La Real parecía sorprendida por el planteamiento mallorquinista y la velocidad e intensidad que imprimían los Dani, Samu y Antonio, especialmente éste último que parecía jugar con una marcha más, está atravesando un estado de forma espectacular, lo mismo se le ve junto a Gio creando un dos contra uno a quien intente avanzar por la banda, que robando el balón y atravesar todo el campo a gran velocidad rompiendo líneas en conducción.
El equipo txuri Urdin comenzó su tarea en busca del empate ante un equipo bermellón que se defendía con mucho orden, sin renunciar a buscar el segundo gol, unas veces con pases largos sobre Muriqi y Larin, y otras ganando la tremenda lucha que se estaba librando en el centro del campo. La lucha resultaba algo desigual, al conseguir el equipo de Imanol Alguacil una inesperada superioridad numérica con un González Fuertes que señalaba las pequeñas e inevitables fricciones y encontronazos siempre hacia el mismo lugar, inclinando el campo hacia el área de Rajko. Todas las que recibían los centrocampistas visitantes eran sancionadas, mientras que Muriqi y Larin recibían constantes agarrones que González Fuertes era incapaz de ver, desquiciando a los jugadores bermellones. Ante este panorama Dani Rodríguez estuvo a punto de marcar el segundo, fue tras un gran disparo que salió lamiendo la escuadra con un Remiro que nada hubiera podido hacer si el balón va un palmo más bajo.
La Real también dispuso de dos ocasiones, con llegadas de Take con mucho peligro, y en una de ellas consiguió batir a Rajkovic de buen zurdazo tras ganar el uno contra uno al central mallorquinista. Los jugadores locales reclamaron una falta previa sobre Muriqi, mientras Take no celebraba el gol por respeto a su pasado mallorquinista y juntaba las manos en señal de perdón.
Javier Aguirre, desde la banda, llamaba a la calma a sus jugadores pidiéndoles que no protestaran, viendo el plumero del colegiado. Sus peticiones no sirvieron para nada ya que Antonio Raillo, con el brazalete de capitán, al que se le supone que debería ser la extensión del entrenador en el césped en estas situaciones, se auto expulsó a falta de un minuto para llegar al descanso, en vez de poner las cosas en orden e intentar calmar los ánimos.
Cierto que González Fuertes pasa por ser uno de los peores árbitros de la categoría, cierto que estaba perjudicando constantemente al Mallorca en todos los encontronazos propios de dos equipos que luchan cada balón con fuerza. Pero no es menos cierto que el que lleva el brazalete no acaba su cometido realizando un gran partido, que lo hizo, también tiene que aportar este plus que le exige el brazalete. Está obligado a saber el árbitro que tienes delante, el peligro que ello representa y transmitirlo a sus compañeros para que la cosa no vaya a más.
La segunda parte iba dar inicio con un jugador menos por parte mallorquinista, por momentos parecía que Copete iba a ocupar la plaza de Raillo en detrimento de un punta y continuar con línea de cinco atrás. Aguirre sabía que esta situación fortalecería la línea defensiva, pero con el claro riesgo de no salir de su área en 45 minutos, con una Real sin tener que mirar atrás. Y apostó por seguir igual con los dos puntas de forma valiente, quizás exponía un poco más en defensa, pero era evidente que Imanol no podría ir con todo al tener que vigilar a Muriqi y Larin que te la pueden liar en cualquier balón largo procedente de un pase desde su defensa. Más aun conociendo la capacidad de sacrificio de sus jugadores, dos puntas capaces de ayudar a la defensa en lo que requiera, especialmente en la defensa del balón parado.
Ante este panorama, bien leído por Aguirre y el apoyo incondicional de la grada, la primera ocasión la tuvo el Mallorca, Samu prolongó el balón peinando hacia el segundo palo donde no llegó Valjent por milímetros. Antonio Sánchez también estuvo a punto de repetir, pero en esta ocasión su disparo lo interceptó un defensa.
Transcurría el tiempo y la Real iba incrementando su dominio pero sin crear grandes ocasiones, incluso el Mallorca llegaba más de lo previsto sobre el área de Remiro, dadas las circunstancias.
Hubo movimiento constante en los banquillos, Imanol estaba obligado a buscar frescura en ataque y Aguirre sorprendía con claras intenciones de querer amarrar el centro del campo sin cerrarse atrás conformándose con un punto importante, vistos los resultados en otros campos, sino que además también apostaba por buscar el triunfo, refrescando el ataque con Abdón Prats.
Cuando parecía que todo iba a quedar en tablas, llegó el minuto 92 y el fatídico y gran cabezazo de Merino que dejaba helada a la afición bermellona, un público indignado con la mala actuación del colegiado, despedido con una gran pitada. Resaltar que la mala actuación arbitral no pasó a mayores por el comportamiento exquisito de Imanol Alguacil y Javier Aguirre, que lejos de querer sacar tajada, calmaron los ánimos.
Toni Ferrer para Fútbol Balear.
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