Capaaaana y se acabó. El Mallorca seguirá un año más en la máxima categoría del fútbol español, rescatado por un Cádiz que hizo enormes los 37 puntos conseguidos por el equipo mallorquinista, marcando la línea de descenso en 33 tristes puntos, curioso lo que deben pensar en Valladolid que vieron descender, la pasada campaña, a su equipo con 40 puntos. Un Mallorca que ha sumado la mayoría de ellos jugando a que no pasara nada, con un juego tan aburrido como sacrificado, trabajado y luchado, siempre dejándose la piel siguiendo las órdenes del guion marcado por Javier Aguirre. Una plantilla con un mérito espectacular, a la que lo de «salir y disfrutar» se lo cambiaron por salir y sufrir, y siempre lo hicieron con bravura y ganas. Difícil saber si están hechos de una pasta especial que merecen todos los honores de los aficionados de Son Moix o sufren una especie de síndrome de Estocolmo difícil de explicar por darse donde se dio. En esta ocasión salieron a por el partido desde el primer minuto, sabiendo que ganando al colista se salvarían, independientemente de lo que ocurriera en Cádiz. No pudo ser, no se ganó al colista, pero en esta ocasión, bastó que fuera en otro campo que no pasara nada.

La primera parte dio inicio con un Mallorca muy intenso y motivado, en busca del gol que hiciera guardar los transistores y/o móviles de las gradas y centrarse en el juego del equipo. Muriqi ya estuvo a punto de marcar antes que los espectadores tomaran asiento, el dominio mallorquinista era constante encerrando al Almería en su área, llegándole por todas partes, tanto por las bandas con Jaume Costa y Gio buscando a Muriqi y Larin, como con las incursiones de los centrocampistas Dani, Samu y Darder. El dominio era tan absoluto que incluso los centrales se incorporaban a las inmediaciones del área visitante. Las ocasiones se sucedían y parecía que la llegada del primer gol era, únicamente, cuestión de minutos. Y así fue, tras un saque de esquina botado por Dani el balón quedó si dueño en el área visitante, todos empujaban y buscaban empujarlo con más corazón que cabeza y fue Larin el que logró el último toque consiguiendo el 1-0. El Mallorca continuó igual en busca del segundo gol que cerrara el partido, la afición no paraba de animar y daba la impresión que nadie se acordaba de Cádiz ante el juego bermellón. A los 40 minutos vuelven los fantasmas del Nuevo Mirandilla, Arribas sorprende a Rajkovic con un tiro raso y cruzado logrando el empate a uno.

La segunda parte empezó con las mismas maneras de la primera, pero el jugador almeriense Langa recibe un balón sin aparente peligro, por la lejana distancia del área mallorquinista y se saca un obús que se cuela en la portería local haciendo subir el 1-2 en el marcador. Son Moix enmudeció y todos al Nuevo Mirandilla. Incluso perdiendo, el desastre podía quedar en nada si el Cádiz no marcaba. Pero el Mallorca volvió del susto, se repuso y buscó el gol espoleado por una afición que cantaba lo de «Sí se puede». Apareció Darder una vez más y consiguió el nuevo empate (2-2). Empate que podría no ser suficiente si hubiera habido gol en Mirandilla. No fue así, el partido estaba acabado en Son Moix y los jugadores y afición quedan en el campo pendientes del pitido final del Cádiz-Las Palmas, que llegó con el júbilo de saberse un año más en la máxima categoría.

Final feliz por la inmensa alegría que supone seguir consolidándose un año más en primera, haciendo justicia al inmenso trabajo que lleva a cabo la actual propiedad desde que desembarcó en Mallorca, sin ir más lejos que difícil resulta pensar que el Nuevo Mallorca Son Moix pudiera ser Estadio de segunda. De igual manera felicitaciones a toda la parte técnica de la entidad. Referente al señor Aguirre y su equipo, también es justo agradecerle su profesionalidad y seriedad en el trabajo incansable, obteniendo los objetivos fijados que no eran otros que mantener al equipo en primera, y ahí está el resultado. Otra cosa es la forma, él mismo dijo en una rueda de prensa ya casi olvidada, que se le había contratado con el objetivo de permanencia por encima de todo y que, a quien no le gustara el tipo de fútbol que proponía, tras cumplir el objetivo inicial, «ya se podrían fichar más jugadores que sumaran e incluso a otro entrenador si lo creían oportuno». Parece que el momento ha llegado según se desprende de su rueda de prensa tras el partido. Se mostró con elegancia y admitiendo lo que pueda pasar ahora, aún así se sigue amarrando a los resultados y tan respetable resulta que lo haga, como que haya otro movimiento mallorquinista que espere algo más que sufrir y prefiera otro espectáculo, aunque sea corriendo más riesgos. También hizo cierta referencia comparando Osasuna y Mallorca, quizás porque fue uno de sus equipos o quizás porque todo apunta que será Jagoba Arrasate el que parece va a ser su sustituto. Absoluto respeto a la comparación del señor Aguirre, pero de la misma manera, el mismo respeto merecen los aficionados que se comparan, jornada tras jornada, con el juego alegre y atractivo realizado por el Alavés y añorado en Mallorca.