El técnico Chichi Soler debuta en casa con derrota, penalti fallado y cuatro balones al palo.

M. J. B. PALMA. La derrota de ayer del Atlético Baleares fue de las que más duelen. Jugando a ganar como lo hizo en el segundo tiempo y ver cómo se falla un penalti a los cinco minutos de la reanudación -van cuatro errados esta temporada-, creando ocasiones tan claras que en quince minutos tres disparos al palo de Urko, Coll y Lucas, da que pensar que la mala suerte se hizo ayer presente en el Estadi Balear.
Salvo algunos minutos finales de la primera parte, el Atlético Baleares llevó el peso del partido. Con carencias relevantes y sin un juego brillante, los blanquiazules anularon a un Terrassa que jugó más a defender el empate que a llevarse la victoria. Los locales tuvieron la primera ocasión de inaugurar el marcador en la primera mitad, cuando un remate de cabeza de Ivok a los diez minutos lo devolvió el palo. El posterior disparo de Núñez lo mandaba a córner el meta egarense, que volvió a lucirse en un balón de Núñez al filo del descanso.
Pero fue en el inicio del segundo tiempo cuando el Baleares pudo ganar el partido. Un penalti sobre Núñez lo lanzó Urko a las manos de Relaño. Posteriores disparos con marchamo de gol fueron devueltos por el travesaño y palos. Sin embargo, en el minuto setenta y cinco y cuando más dominaban los blanquiazules, el Terrassa en su único contragolpe, que paró el central Ivok con falta al borde del área grande, Peque de forma magistral batía a un Emilio inédito durante todo el partido. No hubo más.

FUENTE DIARIO DE MALLORCA.