Alineaciones:
Ebro: Salva, Teo(Iván min.58), Diana, Fernández, Ubay, Stoeten(Echaniz min.85), Javi Cabezas, Adri, Mainz(Javi min.80), Martínez, Simón.
Peña Deportiva: Imanol, Marcos, Cendros, Borja, Pomar, Marc, Polanco(Gorriz min.86), Salinas, Guillermo, Bernal, Rueda(Nuñez min.76).
Goles: 1-0 Javi Cabezas min.30, 1-1 Rueda min.41, 2-1 Javi min.89.
Árbitro: Gorka Mazo Maruri asistido en bandas por Javier Garrido Concha y Álvaro Cuesta Revilla del comité territorial castellano-leonés.
Tarjetas: amarilla para Mainz min.72, Fernández min.88, Diana min.89 y Javi min.89 por el Ebro y para Rueda min.33, Bernal min.51, Cendros min.65, Salinas min.71 y Salinas min.84 por la Peña Deportiva.
Comentario:
Se acabó lo que se daba. La Peña ya no pertenece a la categoría de bronce del fútbol nacional. Le queda un partido, pero lo jugará con el descenso sobre sus hombros. Los peñistas no han podido con el Ebro (2-1) a pesar de haber tenido opciones de ganar. Rueda, sobre la bocina, ha fallado un penalti y prácticamente en la siguiente jugada el cuadro maño ha marcado el tanto de la victoria, el mismo que ha precipitado a los jugadores Dani Mori hacia la Tercera División.
El partido ha sido un vivo resumen de lo que le ha ocurrido a la Peña a lo largo de toda la temporada. Un querer y no poder. Un estar ahí hasta el último momento para, al final, fallar, encajar y perder los partidos o ahora la categoría. La imagen dada por la Peña no ha sido especialmente mala a lo largo de la campaña, pero en todo momento le ha faltado una pizca de fe para creer de forma ciega en sus posibilidades, para dar un paso adelante en los momentos complicados.
Una primera vuelta para olvidar ha lastrado el resto de la competición al conjunto de Santa Eulària, que tuvo un esperanzador inicio de la segunda vuelta pero que desde muy pronto empezó a diluirse por falta de acierto en los metros finales y por errores defensivos de esos que no se puede permitir un equipo modesto que lucha por aguantar el tipo en Segunda B. Ante el Ebro han vuelto a producirse los errores de siempre, y eso le ha impedido llegar a la última jornada con un aliento de vida.
Rueda tuvo en el minuto 90 la oportunidad de poner a los suyos por delante en el marcador, de establecer el 1 a 2 en el marcador para aguantar luego tres minutos y sumar tres puntos de esperanza. Su disparo, sin embargo, encontró la agilidad del portero en la trayectoria hacia la permanencia y sus opciones se desvanecieron de nuevo, esta vez de forma definitiva, por un fallo imperdonable.
Se repetía la historia, se mascaba el fracaso, y este no se hizo esperar. En tiempo añadido, solo un par de minutos después de errar la pena máxima, el Ebro le daba la puntilla al bloque ibicenco con un gol que le permite soñar con el play-off de ascenso y que envía directamente a los ibicencos a las catacumbas del fútbol, a la Tercera División de la que procedía y a la que regresa a las primeras de cambio.
El descenso abre un proceso de cambios ahora en el club de Santa Eulària, que debe decidir el proyecto que quiere para el primer equipo de la entidad de cara a la campaña que viene. Debe decidir entre la posibilidad de confeccionar de nuevo una plantilla garantías para regresar a Segunda B lo antes posible o, por el contrario, prefiere una campaña de transición para ajustar todas las piezas tras un ejercicio traumático que ha supuesto, además, un dispendio importante para un club modesto como este.
Redacción
noudiari
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