En el partido disputado el sábado por la tarde y correspondiente a la jornada decimoquinta de la Liga Nacional Juvenil, Cide y Manacor empataron a dos en un encuentro donde hubo alternativas, emoción, por momentos buen juego y un final no apto para cardíacos, como decían los clásicos.

Soy de los que opino que cualquiera de los equipos que está disputando actualmente la Liga Nacional Juvenil sabe competir y tiene herramientas para dificultar y poner en dificultades a cualquier rival. En ligas de alevines, infantiles e incluso cadetes un partido disputado entre el cuarto y el doceavo normalmente se decanta por el equipo que está más arriba en la clasificación. En la Liga Nacional Juvenil nada más lejos de la realidad. Para muestra el partido disputado ayer en Son Rapinya entre el Cide situada en la parte alta de la tabla y un Manacor “B” situado en la parte media baja y que ayer disputó un espléndido partido. Te gustará o no el juego del Manacor pero estaremos todos de acuerdo que los equipos de la cantera de este club tienen muy claro a lo que juegan, lo tienen muy automatizado desde la base y, sin duda, saben competir.

Con estos preámbulos era de prever una primera parte muy táctica que, con las fuerzas casi intactas, ambos equipos se concedían poco o nada. El Manacor, ciertamente atrevido en su planteamiento inicial, era capaz de presionar en tres cuartos de campo del Cide, dificultando y mucho la salida de balón desde atrás del equipo colegial. El Cide, porque así lo planteó o porque no pudo hacer otra cosa, se encontraba agazapado en su campo y buscando alguna contra que le adelantara en el marcador, ese gol no llegó pese a que el equipo local tuvo varias ocasiones a medida que iba avanzando el partido. En las postrimerías de esa primera parte, minuto 40, un disparo lejano del buen centrocampista visitante Antoni Beas roza a un contrario y se cuela entre el larguero y la mano del cancerbero local Damián García que tuvo que sustituir 7 minutos antes a Alejandro Coll por un lesión muscular de éste. La respuesta de los colegiales fue inmediata, en el siguiente minuto, un buen centro de Sergi Barceló desde su carril zurdo es peinado por Miguel A. Ruedas y posteriormente rematado con un gran volea de Armando Ortiz que cruza el balón raso y al palo largo, imposible para el portero visitante. Con el 1-1 en el marcador ambos equipos se fueron al merecido descanso, la primera parte había sido muy intensa.

El principio de la segunda parte pareció un calco de la primera. El Manacor salió, de nuevo, atrevido y el Cide no encontraba su juego, sus medios centros no encontraban pases que rompieran las líneas de presión del equipo de levante. En el minuto 50 el lateral Sergi Barceló recibió un fuerte golpe en la rodilla que le obligó a retirarse. Más problemas para el equipo local que perdía a su estilete por banda izquierda. Desde del banquillo tuvieron que agudizar el ingenio, jugada a tres bandas, entra Juanmi se coloca en el medio centro, lo que desplaza a Pau Calafat al lateral derecho y a Javi Fernández al lateral zurdo. Tras la reubicación de los jugadores, continúa el partido. Transcurría el minuto 20 de la segunda parte cuando una internada del jugador manacorí Jesús García provoca un, según mi criterio, más que riguroso penalti en contra del Cide. El mismo jugador transforma la pena máxima, de nuevo le tocaba remar al Cide. Las instrucciones al equipo visitante eran claras, hay que dejar correr los minutos, esa victoria momentánea valía su peso en oro. Obviamente el equipo local no estaba muy de acuerdo con ese planteamiento y apretó buscando un empate que se presumía más justo e incluso una victoria para mantenerse en la parte alta de la tabla. Desde el banquillo local movieron sus piezas, entraron jugadores de refresco y se cambió de sistema jugando con un solo pivote, había que arriesgar. La apuesta dio su fruto, un disparo desde el semicírculo del área de Pau Mateu se estrella en el poste de la portería del Manacor y Gabriel Calafat, muy atento en el rechace, remata la jugada dentro del área pequeña, 2-2, volvían las tablas al marcador. El partido no acabó aquí, ni mucho menos, transcurría el minuto 77 pero todavía quedaba mucho por ver. En los minutos finales el resultado su hubiera podido decantar para cualquier lado de la balanza. Un remate de Xavi Balaguer que, tras tocar el portero visitante, se fue de nuevo al palo pudo suponer la remontada del Cide. Pero, sobretodo, destacar que el Manacor tuvo la victoria en el último minuto en una doble ocasión, primero con un remate de cabeza tras una falta que se estrelló con el larguero de Damián, cuyo rechace cayó en las botas de un jugador del Manacor que, con el portero local ya batido, no atinó con la portería y el remate se fue alto.

Resultado final de empate que, a la vista de lo ocurrido en el terreno de juego, calificaría de justo por los méritos de ambos equipos. La semana que viene al Cide le toca visitar una siempre difícil plaza, la Penya Arrabal. Dos equipos empatados a puntos en la parte alta de la clasificación aunque con dinámicas algo diferentes. Un magnífico partido, sin duda, esta Liga Nacional Juvenil no da tregua.

Para acabar quiero resaltar un detalle que a la mayoría del público que asistió al partido seguro que se le escapó y que me parece muy reseñable. En la jugada de la lesión de Sergi Barceló observé un detalle a pie de campo que ennoblece a este deporte que, por desgracia, en ocasiones es noticia por todo lo contrario. Mientras Sergi se retorcía de dolor por ese golpe en la rodilla, se le acercó el jugador del Manacor Antoni Beas, que nada tuvo que ver con la jugada, para interesarse por la situación de su rival. En varias ocasiones le preguntó cómo estaba y si le dolía mucho, preocupándose por la situación de su compañero más que rival. No contento con eso, Beas ayudó a salir del Campo a Sergi que, renqueante en esos momentos, no podía ni pisar con su rodilla dolorida. ¡Gran detalle Antoni Beas!, magnífico gesto que te ensalza como persona. Ya sabíamos que eres un gran jugador de fútbol pero este detalle muestra que, además, eres una gran persona.