El Mallorca aspira esta noche a su cuarta final de Copa frente al Barcelona más inestable de la temporada
RICARD CABOT. PALMA. Por cuarta vez en su historia el Mallorca aspira a disputar una final de la Copa del Rey. Será esta noche, a partir de las 22 horas, en el Ono Estadi, con un objetivo más que complicado: remontar el 2-0 de la ida en el Camp Nou.
Ambos equipos llegan a la cita con un estado de ánimo contrapuesto. Mientras los de Manzano afrontan el duelo con la tranquilidad -relativa- de haber ganado los tres últimos partidos de Liga, los de Guardiola llegan con dudas, las que dan haber ganado sólo un punto de los últimos nueve.
La consigna en el Mallorca, totalmente legítima, ha sido vender que la gesta es posible. Manzano no se ha cansado de repetir que, de entrada, formará con un equipo totalmente competitivo – lo más parecido a su once de gala, aunque Varela y Nunes se han quedado fuera de la lista- para intentar dar la vuelta a la eliminatoria y plantarse en la final de Mestalla del próximo 13 de mayo. Por lo tanto, lo lógico es que jueguen sus mejores hombres, los de la Liga, a riesgo de caer en la contradicción de calentar el ambiente para luego jugar con un buen número de jugadores suplentes. Y todo esto con el peligro del desgaste y de que se lesione algún jugador clave para el partido del domingo ante el Betis, en otra cita importantísima en sus aspiraciones ligueras.
Manzano es consciente de que la clasificación pasa por mantener la portería a cero. La defensa, al menos en las últimas jornadas, es toda una garantía, juegue quien juegue. En Gijón faltaron Nunes y Corrales pero apenas se notó. Un gol rojillo pondría de los nervios al Barcelona, ya que de por sí taquicárdico por sus últimos resultados que han permitido al Real Madrid colocarse a sólo cuatro puntos. En cambio, un gol del Barcelona -sólo en la primera jornada, ante el Numancia, ha dejado de marcar- acabaría con las ilusiones rojillas, que se verían obligados a marcar cuatro para estar en la final.
Guardiola no se fía y pondrá un equipo altamente competitivo. Y eso significa que, de entrada, tiene muchos números de jugar Leo Messi, la mejor prueba de que el técnico azulgrana no está para más sobresaltos. Con el partido de esta noche afronta una semana que le ha de servir para despejar las muchas dudas que se han abierto. Meterse en la final de Copa, ganar el sábado al Athletic en la Liga y el próximo miércoles plantarse en cuartos de la Liga de Campeones cerraría momentáneamente el debate sobre el estado del equipo. La primera cita es esta noche ante un Mallorca que sueña con ser protagonista en la final de Valencia.
FUENTE DIARIO DE MALLORCA.
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