Se han preguntado alguna vez porqué en los Estados Unidos, en la India, o en China no salen futbolistas de alto nivel, teniendo en cuenta los cientos de millones que habitan sus superficies y, en cambio, en países pequeños como Paraguay, Uruguay, o la propia Holanda, no paran de salir figuras para este deporte.
Yo argumento que el fútbol es un juego de educación, en el que prácticamente todo se aprende. Apunto la tesis de que la gran mayoría de los niños pueden aspirar a ser jugadores destacados. En definitiva, que el jugador de fútbol se hace.
Cuando afirmo que un futbolista no nace, sino se hace, doy por descontado que debe tener cualidades genéticas, una gran aptitud para la coordinación neuromuscular, habilidad, buenas cualidades fisiológicas, atléticas, gran visión céntrica y periférica, inteligencia para el juego, sentido del espacio y del tiempo, lectura correcta del juego, espíritu de decisión, voluntad, valentía, agresividad, responsabilidad, etc. La mayoría son cualidades que se adquieren mediante el entrenamiento, siempre que éste sea el adecuado.
El hombre no nace nada, ni futbolista, ni tenista, ni albañil, ni abogado o médico. Nace en un ambiente y con ciertas predisposiciones. Para ser futbolista hay que vivir en un ambiente futbolístico, pensar en ese deporte y dedicar mucho tiempo al entrenamiento. Se debe tener presente que se encontrarán con muchos problemas y dificultades a las que habrá que plantarle cara.
El entrenamiento es vital en el aprendizaje. Yo suelo comentarles a los jóvenes que empiezan que le deben dedicar todo el tiempo posible a entrenar, que cualquier momento es bueno. Si dedicas un tiempo a hacer habilidades, estás entrenando. Si juegas un partidillo en la calle o en el cole, estás entrenando. Si ves un partido en la televisión o en el campo, estás entrenando. Si ves un vídeo de grandes jugadores, jugadas o grandes partidos, eso también es entrenar. El entreno no es sólo horas diarias que vamos a la escuela de fútbol o a nuestro club. Debe ser mucho más.
El futbolista aprende en estrecho contacto con el balón. Pelé, Cruyff, Maradona, Rivaldo, Stoichkov, se pasaron horas y horas jugando a la pelota, haciendo habilidades, jugando con la pared, jugando partidos en la calle, etc. No nacieron futbolistas, se hicieron a base de dedicarle mucho tiempo a perfeccionarse, a entrenarse. Muchos de ellos pasaban seis, siete y hasta algunos ocho horas diarias jugando con el balón.
En la formación de un futbolista influyen otros factores como la historia futbolística del país, la emulación, la orientación que hayan recibido en los primeros años, etc.
Consideramos que, primero el gatear, después el caminar y más tarde el correr son gestos naturales en la evolución del ser humano. En cambio, estaremos de acuerdo en que utilizar los pies para pasar el balón, el pecho y el muslo para controlarlo o la cabeza para golpearlo son gestos artificiales, los cuales se tienen que aprender. No vamos a entretenernos en los diferentes métodos que hay de aprendizaje. Sólo decir que hay muchos y variados. Que se puede aprender viendo y sobre todo jugando.
Todos nacemos con unas cualidades genéticas, pero, para dominar cualquier técnica, cualquier deporte, tenemos que dedicarle mucho tiempo si realmente queremos destacar en ello. El fútbol no es la excepción.
Kano para Fútbol Balear
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