Los rojillos jugarán un partido cada dos o tres días en su concentración en Holanda.
Sin tiempo para el descanso. El Mallorca acumulará muchos kilómetros en sus piernas a partir del miércoles en su pretemporada en Ermelo (Holanda). Cinco partidos en doce días servirán para que los pupilos de Michael Laudrup vayan adquiriendo la forma de la manera más atractiva para ellos. Habrá palizas físicas, por supuesto, pero el calendario confeccionado por el club y que ha heredado el vicepresidente Llorenç Serra Ferrer y el técnico danés da mucha importancia a los encuentros. Uno cada dos o tres días. Casi nada. El jueves se medirá al Zwolle; el domingo al Feyenoord; el 27 de Julio al Vitesse Arnhem; el 30 de Julio se enfrentará al Heerenveen y el 1 de agosto cerrará su gira por los Países Bajos ante el Utrecht.
Todos los rivales son de la Eredivise –primera división–, a excepción del primero, lo que significa que la exigencia va a ser máxima desde el minuto inicial. Es una tendencia diferente a la que apostaba Gregorio Manzano en sus pretemporadas en Kössen (Austria). El jienense prefería adversarios de nivel muy bajo en los primeros enfrentamientos para que los jugadores fueran cogiendo confianza. Eso sí, siempre quería cerrar las concentraciones ante uno o dos partidos con rivales de postín. En la mini-gira en Suecia, de la pasada semana, se midieron al Djurgandens, de la primera sueca, y al Norrköping, líder de la segunda del país escandinavo, con sendas victorias.
El balón, como ya ha quedado claro en las primeras semanas de trabajo de Laudrup, gozará de un protagonismo absoluto, aunque el trabajo físico se convierta en una obligación en toda pretemporada. Son los primeros pasos de un curso que se presume apasionante.
diariodemallorca
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