El décimo aniversario de la final de la Recopa reúne en Portals a los futbolistas de un Mallorca que hizo historia
JAUME BAUZÀ. PALMA. Un hermoso trozo de la historia del Real Mallorca se reunió ayer en un restaurante de Portals Nous para celebrar el décimo aniversario de la final de la Recopa que enfrentó al conjunto balear con la poderosa Lazio de Roma. La tristeza por aquella derrota ha quedado difuminada con el paso del tiempo y lo que fue desconsuelo hoy es mito, nostalgia y un dulce recuerdo.
Al emotivo acto asistió una buena representación de aquellos futbolistas que tocaron el cielo, hasta que un gol de Nedved en los minutos finales les devolvió a la tierra. Siviero, Biagini, Marcelino, Miquel Soler, Paunovic, ´Chichi´ Soler, Paco Sanz, Engonga, Ibagaza y el capitán Javier Olaizola se volvieron a reunir bajo la emocionada mirada de Héctor Cúper y del entonces presidente Guillem Reynés.
«No te puedes olvidar de un partido así. Nos vaciamos y al final pasó lo que era previsible por el potencial de cada equipo. Pero lo tuvimos tan cerca…», evocó Gustavo Siviero. «Cuando echas la vista atrás te da lástima. Nos sentíamos capaces de traer la Recopa a Mallorca porque habíamos ganado al Chelsea en las semifinales. Pero fue muy importante estar allí», recordó Marcelino.
Quedan en el recuerdo del mallorquinismo la imagen de unos futbolistas abatidos descendiendo del avión y de una afición que apartó de sí la tristeza para rendir homenaje a los héroes de Birmingham.
«Nunca se me olvidará la celebración de la afición cuando marcamos el empate. Toda la grada se volvió roja. Fue un golpe muy fuerte para todos», apuntó ´Chichi´ Soler. «Ya casi no me acordaba. Pero ahora que he llegado aquí y he visto a mis compañeros me vienen muchos recuerdos de aquella noche», confesó Leo Biagini.
En Portals hubo abrazos, bromas y muchas risas. Aquel lejano Mallorca se fundió con el actual, que estuvo representado por Manzano, Mateu Alemany, Scaloni y miembros del Consejo de Administración, entre otros. Aunque se echó en falta al arquitecto del gol del empate, Jovan Stankovic, y al rematador, Dani García. «Fue duro porque todos se acuerdan del Campeón, nadie recuerda al finalista», lamentó Ariel Ibagaza.
Fue la última Recopa que se celebró, pero el inicio del sueño europeo del conjunto balear. En sucesivas temporadas el mallorquinismo todavía degustaría el sabor de la Copa de Europa y de la UEFA, aunque en pequeñas dosis. «¿Por qué no intentarlo otra vez? ¿Qué tiene que pasar para que vuelva a suceder?», se preguntó Reynés en su discurso. Quizás el Mallorca algún día encontrará las respuestas.
DIARIO DE MALLORCA
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