Nuestra comunidad se ha quedado huérfana en la categoría de bronce y ahora cuatro nuevos aspirantes intentarán dar el salto y alegrar así a sus respectivas aficiones. Es obvio que no será sencillo y además el sorteo no ha sido muy favorable pero, es importante, recordar que en las últimas temporadas Eivissa, Peña Deportiva y Atlético Baleares han manifestado que el ascenso es una realidad tangible. Y aunque después se hayan visto incapaces de mantener la categoría ellos han demostrado que el competir con las otras territoriales, del panorama nacional, es factible y hasta exigible.
El Mallorca B será un rival muy complicado para el Oviedo puesto que el equipo filial cuenta con la infraestructura suficiente como para afrontar un partido de estas características. Jaume Bauzá tiene una experiencia más que sobrada en estos envites y su plantilla una ilusión descomunal. Además los rojillos sólo han perdido un partido en todo el campeonato y han conseguido terminar la Liga con siete victorias consecutivas. Es cierto que la baja del menorquín Sergi puede condicionar el ataque rojillo pero otros compañeros tendrán que asumir el desafío del gol. Estos jóvenes futbolistas, algunos han debutado ya en primera división, tendrán la oportunidad de demostrar si realmente quieren hacer de este deporte su profesión y que mejor resto que un enfrentamiento contra el mejor equipo de Asturias.
El Sporting Mahonés puede superar esta ronda ya que la Unión Multivera ha sido el cuarto clasificado del grupo navarro. Los menorquines cuentan con la ventaja, que puede ser decisiva, del factor campo puesto que el partido de vuelta se deberá jugar en Maó. El juego exterior del Sporting puede ser una de las claves en este enfrentamiento ya que jugadores como Mourad o Rubén tienen que dar el plus de calidad que su equipo necesita. Cabe recordar que este rival ya fue apeado de la competición, la temporada pasada, por la Peña Deportiva.
Y a partir de aquí otra vez a luchar con el grupo catalán. Estos equipos se caracterizan por intentar ganar los partidos a través de la conservación del balón y, precisamente, por ello los nuestros pueden tener sus opciones.
El Binissalem, en toda la temporada, no ha perdido un partido como local y ahora tiene que conseguir que el Miquel Pons no sea profanado. El campo es de pequeñas dimensiones por lo que la presión siempre es más sencilla de ejecutarse. El Reus de Calderé tiene que notar una dificultad extrema a la hora de maniobrar con el esférico y así sus posibilidades de victoria serán más exiguas. En este partido todas las acciones a balón parado pueden acabar siendo determinantes.
Por último nos queda el Santanyí que tendrá que jugar, esta primera eliminatoria, ante el Hospitalet. Los de Damià Barceló tienen que intentar salir vivos de este primer partido ya que no es definitivo y la solución final habrá que buscarla en el Municipal de Santanyí.
TOLO RAMÓN para Fútbol Balear
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