El trofeo que acredita a España como Campeona del Mundo se exhibe en Vila. Miles de aficionados se fotografiaron con el galardón conseguido en Sudáfrica, expuesto en el Consell Insular y La Caixa durante más de cuatro horas y media.
Daba igual que fuera día laborable, que hubiera que hacer novillos para saltarse las clases. Todo valía ayer para que los ciudadanos de Ibiza pudieran ver, tocar y fotografiarse con la Copa del Mundo que alzó Casillas el pasado 11 de julio en Sudáfrica. A pesar de que la de ayer era una réplica, el valor sentimental del trofeo cautivó a todos los que lo vieron.
IBIZA | GUSTAVO L. SIRVENT Pocos fenómenos sociales han suscitado tanto interés en los últimos años como la Copa del Mundo conseguida por la selección española de fútbol el pasado 11 de julio. Ibiza ha tenido la fortuna de ser una de las ciudades del país que puede presumir de haber visto y tocado el trofeo diseñado por Silvio Gazzaniga, que es una réplica del que se expone por norma en la sede de la FIFA en Zúrich (Suiza).
Los ciudadanos de la pitiusa mayor rindieron honores al máximo galardón logrado por el fútbol español durante algo más de cuatro horas y media (desde las 8.15 hasta las 12.50). La ´cabezona´, como la bautizó un seguidor, estuvo en primer lugar en la sede central de La Caixa en Vila y posteriormente se trasladó al Consell Insular de Ibiza entre fuertes medidas de seguridad.
A pesar de exponerse en un día y horario laborables, alrededor de 3.000 personas se emocionaron, rieron, gritaron y, sobre todo, se fotografiaron con el preciado metal. Nadie quería perderse un momento histórico que quedará guardado para siempre por todos aquellos que tienen la tan esperada instantánea. Por la sede de la entidad bancaria pasaron unas 700 personas, mientras que por la máxima institución pitiusa fueron unas 2.300.
El presidente de la Federació de Futbol de les Balears (FFIB), Miquel Bestard, el secretario, Manolo Bosch, y el delegado de la Junta Insular, Pepe Roselló, fueron los ´escoltas´ de la Copa, junto con los miembros de la empresa de seguridad Trablisa, que no la dejaron sola ni un segundo. Al llegar al Consell les esperaba el conseller de Deportes, Mario Avellaneda, que cogió el trofeo «como si fuera Casillas», dijo. El recorrido que hizo el ex atleta desde la entrada de la Avenida de España al salón de plenos donde quedó expuesto el trofeo, estuvo marcado por la emoción que provocó en la gente, que gritaba como si aquel momento fuera propio de un concierto de un grupo musical de adolescentes.
La mañana transcurrió sin incidentes y se pudo ver a escolares que hicieron novillos, otros que aprovecharon la ocasión para hacer una excursión «a ver la copa», padres con hijos pequeños, jubilados con sus nietos y una gran cantidad de jóvenes ataviados con la elástica de La Roja (muchos de ellos con la camiseta de Villa y otros con la de Casillas).
Hubo centros que llegaron desde Buscastell, Sant Mateu, Sant Miquel o Vila, que fueron los que tuvieron mayor representación. Los alumnos de Sa Graduada, La Consolación, Sa Colomina, Sa Blanca Dona o Santa Maria no se lo quisieron perder y acudieron junto a sus profesores (algunos de ellos estaban más emocionados que los propios niños).
Tras su efímero paso por Ibiza (Formentera quedó excluida por la brevedad de la visita), la Copa mundial partió a media tarde hacia Menorca, donde se exhibió.
Diario de Ibiza
Comenta esta noticia
Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.